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El País y el Mundo

ESTUVO EN MÉXICO, OCHO SEMANAS ANTES DE ASESINAR A KENNEDY

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La esposa de Lee Harvey estaba al tanto de que visitó las embajadas de Cuba y Rusia ese viaje, pero no lo confesó sino hasta que dio testimonio ante la Comisión Warren.

Estuvo en el país desde el 26 de septiembre de 1963 hasta el 3 de octubre del mismo año, su intención era entrar a Cuba, pero Lee le había recomendado absoluto secreto.

Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/La Opinión de México

(Cuarta de siete partes)

Ciudad de México.- Ocho semanas antes de asesinar a Kennedy, Oswald vino a México, donde visitó las embajadas cubana y soviética. La esposa de Lee estaba al tanto de ese viaje desde antes de que tuviera lugar, pero no lo confesó, sino hasta que dio testimonio ante la Comisión Warren. Oswald estuvo en nuestro país desde el 26 de septiembre de 1963 hasta el 3 de octubre del mismo año. Quería entrar en Cuba y recomendó Lee absoluto secreto.

Según Marina, su marido había pensado primero en escapar a Cuba obligando a un avión a desviarse hacia dicho país, pero ella le disuadió. Algunas personas que hablaron con Oswald, en el autobús en el que viajó a la ciudad de México, declararon que Oswald les había dicho que tenía el plan de ir a Cuba desde México y entrevistarse con Fidel Castro Ruz.

El estudio de los sucesos, los contactos humanos y las influencias que contribuyeron a formar el carácter de Oswald, puede arrojar cierta luz sobre los motivos de su crimen. Y tal vez la conclusión más importante que se saca de dicho estudio es que Oswald estuvo siempre profundamente separado del mundo en que vivió.

Las características de su vida fueron el aislamiento, la frustración y el fracaso. En raras ocasiones, si es que alguna vez, llegó a establecer un contacto verdaderamente humano con alguien y nunca llegó a encontrar su sitio en el mundo, nada le satisfacía. Cuando se hallaba en los Estados Unidos, consideraba el sistema capitalista como una forma de explotación de los hombres de su condición y soñaba en Rusia y en Cuba.

Cuando estaba en la Unión Soviética, sufría, según parece, al ver los privilegios de que disfrutaban los miembros del partido comunista, y hablaba bien de los Estados Unidos. También acusaba a su esposa de preferir a otros y la impulsaba en Estados Unidos a que regresara a la Unión Soviética sin él, pero sin concederle el divorcio. Y al mismo tiempo le decía que “la quería y que no podía vivir sin ella”. Según Marina Oswald, su marido no podía ser feliz en ningún sitio, “solo en la luna, tal vez”.

A los 13 años, Lee no había tenido problemas en la escuela, su hermano Robert estaba en la Marina y su hermano John Pic, en el Servicio de Guardacostas, apostado en Nueva York. Las relaciones entre Marguerite y John eran tensas. John estaba casado y no se llevaba muy bien con Lee porque este “había amenazado con una navaja de muelle a su cuñada”.

Un examen reveló que Lee era tenso y retraído, que experimentaba gran repugnancia a hablar de sí mismo y de sus sentimientos y evitaba sistemáticamente la comunicación con otros. Las causas de ello eran la angustia, la timidez y el sentimiento de inseguridad.

“No quiero ningún amigo y no me gusta hablar, todos me son antipáticos”, decía. Y para compensar sus defectos y frustraciones, Lee se imaginaba omnipotente. Un doctor de apellido Hartogs resumía así su dictamen: “Ese chiquillo bien hecho, de 13 años, posee recursos mentales superiores y apenas funciona un poco por debajo del nivel de su capacidad, a pesar de su tendencia crónica a escapar de la escuela.

No se le ha descubierto lesión neurológica ni cambios mentales psicóticos. Tiene disturbio de la personalidad con caracteres esquizoides y tendencias pasivo-agresivas. Hay que considerar a Lee como un chiquillo muy sacudido emocionalmente, que sufre bajo el impacto de varios factores que existen realmente: aislamiento y privación emocional, falta de afecto, ausencia de vida de familia, rechazo por parte de una madre autocentrada y llena de conflictos”.

La señora Siegel, de clínica psiquiátrica, dijo que Lee se había retraído porque nadie había respondido a su necesidad de amor, la madre lo dejaba solo todo el día y el chico no tenía amigos, or eso se reconcentró en una vida totalmente aislada y despegada, donde hacía lo que se le antojaba y no tenía que acomodarse a ninguna regla ni entrar en contacto con los demás, lo que confirmó Lee al decir que “sentía que él jamás había importado un comino a su madre”.

Marguerite Oswald era superficialmente amable, pero, en realidad, era una persona de actitud defensiva, rígida y concentrada en sí misma, con una dificultad real para aceptar a otros y entrar en relaciones con ellos, con poca comprensión de la conducta de su hijo y de la concha de protección en que este se había encerrado.

El doctor Hartogs añadió en su oportunidad que la señora Oswald no se daba cuenta de que el retraimiento de su hijo era una forma de “protesta silenciosa, pero violenta, contra el abandono en que ella lo tenía y manifestaba su reacción a la falta completa de verdadera vida de familia”.

Un esfuerzo paciente y prolongado en una relación continua con un terapeuta pudo haber dado buenos resultados y el “daño podía repararse en parte”, dijo la señora Siegel.

Pero el jovencito no recibió jamás la ayuda que necesitaba, se pensó en enviarlo a una clínica para jóvenes, pero Marguerite consiguió otra casa alquilada y lejana, antes de que Lee pudiera ser obligado a recluirse.

Fue cuando le llegó otra idea homicida: eliminar a Eisenhower “porque estaba explotando a los trabajadores”.

Ya había comenzado Lee a interesarse en literatura comunista, alababa a Nikita Krushchev y declaró en otra ocasión que le molestaba mucho en Nueva Orleáns no encontrar a otras personas que se interesaran en el comunismo como él.

En los años que pasó en la Marina estudió marxismo y algunos compañeros le llamaban “Oswaldovich”, estudiaba ruso y leía periódicos en ese idioma, tenía un gran deseo de pasar a la historia como un hombre que había visto mucho más lejos que sus contemporáneos y había sabido optar por el futuro. Si la vida no le brindaba satisfacciones, parecía evidente que Oswald se dedicaría en cuerpo y alma a su gran sueño de pasar a la historia.

Ya en Rusia, Oswald escribió a su hermano John que pensaba vivir en la Unión Soviética toda su vida, sin embargo, ahí también tuvo desengaños, como los había tenido en los Estados Unidos. El primero fue que la Unión Soviética no lo recibía con los brazos abiertos, sino que le negaba el permiso de permanecer en ella.

Esto lo impulsó a tratar de suicidarse, el 21 de octubre de 1959, abriéndose las venas de la muñeca izquierda. Pero lo descubrieron a tiempo y lo trasladaron al hospital, en el que estuvo hasta el 28 de octubre.

A los 20 años había partido a la Unión Soviética, llenos de ilusiones y, antes de cumplir los 23, regresó a los Estados Unidos, muy desilusionado.

El retorno a los Estados Unidos fue una confesión pública de que el acto más importante de su vida, la ida a la Unión Soviética, había sido un fracaso. Marina observó los efectos que ese fracaso produjo en la psicología de Oswald, “inmediatamente después de la llegada a los Estados Unidos, Lee cambió, yo no lo conocía así en Rusia, la irritabilidad de Oswald era extremada”.

Y comenzó a tener actitudes inesperadas. Fuera de su familia, Oswald no tenía amigos cuando llegó a Texas y no los tuvo hasta su muerte. Solo parecía estimar a George De Mohrenschildt. Las personas de habla rusa que frecuentó en el otoño de 1962 le eran poco simpáticas, en particular porque hacían muchos regalos a Marina, ella recibió cantidades de vestidos y “él se molestaba por esa ayuda generosa, porque Marina no perdía ocasión de hacerlo notar. Él se mostraba agresivo con la gente, yo lo comprendo porque eso lo hería. Jamás hubiera podido él darle a ella lo que los demás le regalaban en abundancia, por mucho que hubiera trabajado. Y trabajaba mucho”, dijo la esposa del exdiplomático.

Llamó la atención que Lee cortara sus relaciones con su progenitora, Marguerite Oswald, quien visitaba al matrimonio para hacerle regalos a Marina y a su hijita June Lee, incluso Lee ordenó a Marina que “no dejara entrar a Marguerite”.

Oswald fue a Nueva Orleáns en abril de 1963, ahí se interesó por el pasado de su familia. Con el objeto de investigar acerca de sus orígenes, visitó a algunos parientes viejos de su padre, fue a ver la tumba de su progenitor en el cementerio y consiguió que uno de los parientes de su padre le regalara una fotografía de éste, lo que resultó sorprendente porque hasta entonces Oswald no había manifestado el menor interés por su padre.

Al cabo de cierto tiempo, Oswald lloraba a solas y una vez lo sorprendió Marina, él se disculpó con cualquier pretexto.

Para abril de 1963, cuando Lee había llegado al extremo de golpear a su propia madre y amenazar con un puñal a su hermano John, decidió atentar contra el general Edwin A. Walker, a quien consideraba insoportable como Hitler, de quien decía que alguien debió matarlo para evitar tanto sufrimiento de inocentes.

El día 10 disparó contra el militar con el fusil italiano que utilizaría el 22 de noviembre del mismo año para asesinar a Kennedy.

Entre tanto, Marina había leído con desesperación una carta en ruso que Lee le había dejado aquella ocasión…

La traducción es:

“1. -Esta es la llave del apartado postal, que está situado en la oficina principal de correos de la ciudad, en Ervay Street. Es la misma calle del “drugstore” en el que tú esperabas siempre. Encontrarás el apartado postal en la oficina de correos que se halla a 4 cuadras en la misma calle que el “drugstore”. Yo pagué el apartado el mes pasado, así que no te preocupes por eso.

2.-Envía las noticias que tengas sobre lo que me suceda a la embajada, incluyendo los recortes de periódicos, en caso de que los periódicos digan algo sobre mí. Creo que la embajada acudirá rápidamente en tu ayuda en cuanto lo sepa todo.

3.-Pagué la renta el día 2, así que no te preocupes por eso.

4.-También pagué hace poco el agua y el gas.

5.-Tal vez llegue dinero del trabajo. Ese dinero será enviado al apartado postal. Ve al banco a cobrar el cheque.

6.-Puedes tirar o regalar mi ropa, etc. No guardes esas cosas. Sin embargo, preferiría que conservaras mis documentos personales, (militares, civiles, etc.).

7.-Algunos de mis documentos están en la petaquita azul.

8.-Encontrarás la libreta de direcciones sobre mi mesa en el estudio, en caso de que la necesites.

9.-Aquí tenemos amigos, la Cruz Roja te ayudará también.

10.-El día 2 te di todo el dinero que podía, 60 dólares. Tú y la niña pueden vivir otros 2 meses gastando 10 dólares por semana.

11.-Si estoy vivo y me cogen preso, la cárcel está situada en el extremo del puente por el que pasábamos siempre que íbamos a la ciudad, «(exactamente donde comienza la ciudad después de cruzar el puente)”, concluyó Lee Harvey Oswald.

La carta fue entregada a la policía, dentro de un libro en ruso, titulado “Libro de Consejos Útiles”, propiedad de Lee Harvey Oswald.

El perito en grafología del FBI, James C. Cadigna, afirmó que el apunte había sido escrito por mano de Oswald.

Según el testimonio de Marina Oswald, el 10 de abril, Oswald salió de la casa en que vivían entonces, poco después de cenar. Como a las 10.30 p.m., no había regresado. Ella fue al cuarto de su esposo y encontró la nota que él le había dejado. “Cuando volvió le pregunté qué había pasado. Estaba muy pálido. No recuerdo exactamente qué hora era, pero era muy tarde. Y él me dijo que no le hiciera preguntas. Lo único que me dijo fue que había disparado contra el general Walker”, indicó Marina.

Oswald dijo a su esposa que no sabía si había hecho blanco. Al día siguiente, cuando se enteró por los periódicos de que había errado el tiro, comentó que “sentía mucho no haberle pegado”.

En febrero de 1964, Marina declaró ante la Comisión Warren que, cuando su marido regresó a casa la noche del atentado contra el general Walker, le contó que lo había estado planeando durante 2 meses. Tres días después le mostró una libreta en la que tenía unas fotografías de la casa de Walker y un mapa de la región en que estaba situada la casa. Oswald destruyó esa libreta, pero entre sus objetos personales se encontraron tres fotografías que Marina identificó como las de la casa del general.

En efecto, dos de ellas habían sido tomadas desde un sitio próximo al del disparo, detrás de la casa. La tercera era una fotografía de la entrada cochera de la casa del general; en ella se ve el sitio de la barda en el que el autor del atentado debió posar el rifle. El estado de los trabajos de construcción que aparecen en el fondo de la fotografía, permitió determinar que fue tomada entre el 8 y el 12 de marzo de 1963. Oswald mandó pedir el rifle el 12 de marzo. El arma le fue remitida el 20 de marzo y el atentado ocurrió el 10 de abril. Por otra parte, un experto logró determinar que la tercera fotografía había sido tomada con la cámara Imperial Réflex que pertenecía a Oswald.

Además de las tres fotos identificadas por Marina, había otras dos en las que aparecía una vía de tren. Marina declaró que creía que una de ellas estaba relacionada con la casa de Walker. En efecto, la fotografía había sido tomada a cosa de 1 kilómetro de la casa.

La otra, que Marina no reconoció, había sido tomada a menor distancia. Marina le preguntó a Lee qué había hecho con el rifle y le respondió que lo había enterrado o

escondido entre unos arbustos y mencionó la vía del tren. Algunos días más tarde, Oswald volvió con el rifle.

Por su parte, la policía había encontrado la bala del atentado contra Walker, pero estaba tan mutilada que resultó imposible determinar el tipo de arma que la había disparado. Más tarde se procedió a un nuevo examen de la bala, en relación con el rifle de Oswald.

Los expertos no pudieron llegar a una conclusión totalmente positiva. Según ellos, nada se oponía a que la bala hubiera sido disparada por el rifle de Oswald y aún había razones probables para creer que había sido disparada por él; pero era imposible excluir apodícticamente la posibilidad de que hubiera sido disparada por otra arma. La Comisión Warren consideró que este dictamen, integrado a las otras pruebas, era un argumento más contra Oswald.

Basándose en la nota manuscrita, en las fotografías encontradas entre los objetos de Oswald, en el testimonio de los expertos acerca del arma del atentado y en el testimonio de Marina Oswald, la Comisión concluyó que Lee Harvey Oswald fue el autor del atentado contra el general Walker. El hecho de que Oswald haya atentado contra la vida de una figura de la política era un argumento válido contra Oswald en el caso del asesinato del Presidente, y así lo consideraba la Comisión, pero la identificación del asesino de Kennedy se basó en pruebas independientes del atentado de Oswald contra el general Walker.

Así, se sabía que Oswald pretendía matar a Nixon y a Eisenhower, “piratear” un avión para llegar a Cuba, que golpeaba a su esposa y llegó a lastimar a su propia progenitora Marguerite, que persiguió arma blanca en mano, a su cuñada y a su hermano John, que intentó suicidarse en Rusia y que, lamentablemente, el maltrato hacia Marina provocó que la hermosa rubia, de ojos intensamente azules, también pensara seriamente en quitarse la vida, pues “Lee no dejaba de ofender y golpear a su mujer”.

La soviética no tenía amigos y se sentía “atrapada en un callejón sin salida, aunque reconocía que alguna vez ella provocó la ira de Lee, como por ejemplo al escribirle a un exnovio para quejarse amargamente por no haberse decidido, en su momento, a corresponderle en forma definitiva”.

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