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Campeche

SAQUEO DE LA MAFIA SINDICAL

*En medio de acusaciones por fraude y malversación de fondos, los autonombrados líderes de los trabajadores de PEMEX en el Sindicato de la Sección 47 exhiben la podredumbre y la corrupción con la que operan

 *Víctor Kidnie de la Cruz y Víctor Hernández Colunga tienen cuentas millonarias, las cuales pretenden ocultar en sus declaraciones patrimoniales

 *El pasado julio Hernández Colunga fue detenido por fraude financiero, pero liberado un mes después tras pagar una fianza de más de 1 millón de pesos

Redacción /Sol Campeche

CAMPECHE. – Por años, la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) ha sido el gran botín del saqueo de la mafia sindical encabezada por Víctor Kidnie de la Cruz y sus secuaces, pero los cambios en los gobiernos federal y estatal modificaron el tablero para el que fuera el gran aliado del PRI tanto en los negocios como en la movilización electoral. La sacudida en el gremio que inició en el 2018 ha precipitado durante este sexenio la pugna entre los diferentes liderazgos que quieren seguir lucrando con los trabajadores de Pemex.

Claro ejemplo fue la detención, y posterior liberación, del secretario general de la Sección 47, Víctor Hernández Colunga, otrora cómplice Víctor Kidnie, pero quien fue detenido por varias semanas el pasado mes de julio tras una denuncia por presunto fraude financiero, que trascendió, fue interpuesta por su propio tocayo al sentirse traicionado en la conducción de los sucios negocios sindicales.

El pasado 11 de julio, Hernández Colunga fue detenido junto con su tesorero, Jorge Alberto Macías Flores, en el Aeropuerto de Ciudad del Carmen derivado de una denuncia por administración fraudulenta ante la Fiscalía General de Veracruz.

Las acusaciones fueron por la supuesta malversación de las cuentas bancarias de la Sección 47, y se supo, habría sido interpuesta por el propio “líder moral”, Víctor Kidnie de la Cruz, quien se sintió desplazado tras haber impuesto como su sucesor en la secretaría general de la sección a Hernández Colunga.

Los socios, compadres y tocayos, han disfrutado de una larga estadía en la dirección de la Sección 47, envueltos en serias acusaciones no sólo de corrupción, sino también de extorsión, abusos y amenazas contra la base sindical, y hasta de crimen organizado y “huichicoleo”.

La ruptura se dio luego de que Hernández Colunga pretendiera hacer a un lado a Víctor Kidnie de la Cruz, acelerando su proceso de jubilación.

Tras ello, el autonombrado líder moral Kidnie de la Cruz, en su calidad de secretario del interior del comité ejecutivo local de la Sección 47, presentó la por el presunto delito de fraude relacionado con un seguro de vida que se descuenta vía nómina a los trabajadores, pero que actualmente, se desconoce el destino de esos recursos, lo que llevó a ordenar una auditoría que reveló la inexistencia de los millones de pesos que se habían deducido y que tampoco pueden ser cobrados por los socios.

Los hechos se asientan en la carpeta de investigación 2374/2023, interpuesta en la Fiscalía de General del Estado de Veracruz, por el probable delito de administración de acción fraudulenta, en contra de quienes resulten responsables.

Tras ser detenido en el mes de julio, Hernández Colunga y su tesorero lograron librar la prisión preventiva tras el pago de una fianza de más de 1 millón de pesos cada uno.

Ambos funcionarios sindicales fueron detenidos el lunes, 10 de julio, a su salida del Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmen, cuando regresaban de un viaje de Tampico, Tamaulipas, por agentes del Ministerio Público de Veracruz, en cumplimiento a la orden de un Juez, tras la denuncia interpuesta por el entonces Secretario del Interior, Víctor Manuel Kidnie de la Cruz, luego fueron traslados a Veracruz, donde el día 13 de julio les dictaron medida cautelar, el 20 fueron vinculados a proceso y fue hasta el pasado 26 de julio que sus abogados iniciaron su defensa, cuando se quejaron de la prisión preventiva justificada que les impuso el juez de Control.

Con base en ello, con 25 días detenidos lograron revocar la prisión preventiva justificada que le impuso juez de Control del Juzgado de Proceso y Procedimiento Penal Oral, Marco Antonio Castellanos Mar, el secretario General de la Sección 47 y su tesorero, finalmente abandonaron el módulo de prisión preventiva en Veracruz. Pero las investigaciones continúan.

Lo que ha revelado esta pugna mafiosa es la riqueza de ambos bandos, la cual han forjado con corruptelas al interior de Pemex y con abusos sobre los agremiados.

 

Líderes charros millonarios

Aunque cuentan con una serie de denuncias penales por enriquecimiento ilícito, malversación de fondos y defraudación fiscal, los líderes de la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Víctor Kidnie de la Cruz y Víctor Hernández Colunga, hoy enfrentados por el poder, ocultan su riqueza mal habida producto de la explotación y corrupción en contra de sus agremiados durante más de una década.

De acuerdo con sus declaraciones patrimoniales que se hicieron públicas en 2020 ante la Secretaría de la Función Pública, sólo ha servido para exhibir la mentira de quienes han

lucrado con los salarios de los trabajadores, pues en sus declaraciones señalan no contar

con bienes, incluso no tienen vehículos para transportarse o reportan ni siquiera contar con casas. El caso más emblemático es el de Víctor Manuel Kidnie de la Cruz, quien ha operado al menos desde 2009 la Sección 47 como una mafia, ya que cuenta con una red de “corredores” quienes se dedican a cobrar cuotas a los sindicalizados, vender fichas a

quienes buscan trabajar en PEMEX, además de amedrentar a sus opositores y a medios de comunicación.

Durante las elecciones de 2018 la Fiscalía General del Estado de Campeche (FGE) reveló que contaba con seis carpetas de investigación por los delitos de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, el fiscal general, Juan Manuel Herrera Campos, refirió en aquel entonces que debido a las cantidades de dinero que se manejan en las denuncias el

organismo estatal podría dar vista a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) por presunto lavado de dinero.

Pese a toda la evidencia que documenta su excesivo nivel de vida, en su declaración patrimonial ante la Función Pública, Kidnie de la Cruz afirmó no contar con ninguna propiedad de casas o terrenos, y su único patrimonio es un vehículo del 2008.

En la declaración del líder de la 47, señala que sólo estudió hasta la preparatoria, cuenta con una carrera técnica en el Centro de Estudios Tecnológicos, Industrial y de Servicios número 22 de Tampico, Tamaulipas, pese a lo cual su puesto en Pemex Exploración y Producción (PEP) es de supervisor especialista nivel 29, con un salario de 800 mil pesos anuales. No registró ningún bien inmueble, únicamente manifiesta tener un auto de la marca Ford modelo Mustang del año 2008, que presuntamente adquirió hasta 2019 con un costo de 350 mil pesos.

Entre los escándalos que han caracterizado el cacique petrolero se encuentran sus documentados viajes en aviones privados, así como sus paseos en helicóptero con personalidades como Julio César Chávez, viajes que son costeados por el dirigente con recursos de los obreros de PEMEX.

Por otra parte, también en la 47 quien es secretario general es Víctor Hernández Colunga, impuesto en el cargo por el propio Víctor Kidnie ya que él se hace llamar sólo el líder moral.

Hernández Colunga oculta su oneroso estilo de vida, según los documentos presentados ante Función Pública, el secretario general de la Sección 47 terminó su preparatoria hasta 2016, pero es gestor de Recursos Humanos en instalaciones marinas de Pemex Exploración y Producción con categoría 31, Su sueldo anual es de 1 millón 494 mil 871 pesos.

Cuenta con dos casas, una de 134 metros cuadrados y 122 de construcción, adquirida en 2003 por 436 mil 633 pesos; y otra de 526 metros cuadrados pero 615 de construcción, comprada en 2011 por 2 millones 501 mil 41 pesos.

Así como dos terrenos, uno con superficie de 2 mil 179 metros cuadrados, comprado en 2011 por 980 mil 577 pesos; y otro de 2 mil 245 metros cuadrados, adquirido en 2012 también por 980 mil 577 pesos según lo declarado.

Informó sobre tres vehículos de lujo, la primera unidad es marca General Motors, modelo Suburban de 2008 con costo de 100 mil pesos comprada en 2015; una camioneta Chrysler modelo Ram 2500 Crew Cab Laramie 4×2 del 2010, comprada por 437 mil 203 pesos en

2011; y una Toyota Highlander Limited del 2019 comprada ese mismo año por 748 mil 400 pesos.

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