Don nadie

VIERNES DE VEJENTUD.

Por Pedro Rivas

Don nadie
Era un don nadie, nunca tuvo nada,
pero a pesar de no tener, tenía.
Las cosas son como el aire —decía—
no necesito más que el que respiro
y tal vez el que pierda en un suspiro
cuando la dueña de mi amor sonría.
Entre lo que no tengo y lo tenido
a mi entender una verdad resalta,
si me pongo a buscar lo que me falta
no me da tiempo de gozar lo habido.
Era ignorante, nunca supo nada,
pero a pesar de no saber, sabía.
No necesito recorrer países
ni exprimir con estudios mis neuronas,
me basta conocer a las personas
para entender al mundo y sus raíces.
Para saber hay que cortar camino,
lo de más cerca hay que tener presente.
¿Cómo quiero entender a un presidente
si no sé cómo piensa mi vecino?
No buscaba fama, no fue ambicioso,
pero aun sin querer, era famoso.
Hago las cosas por mi voluntad
y no por obtener la recompensa
que a veces llega cuando no se piensa,
pero buscarla es pura vanidad.
He de vivir con lo que tengo a mano,
no con lo que de mí piense la gente,
no puedo ser, por mucho que lo intente,
una imagen en vez de un ser humano.
Era un don nadie, nunca tuvo nada,
pero a pesar de no tener, tenía.
Era ignorante, nunca supo nada,
pero a pesar de no saber, sabía.
No buscaba fama, no fue ambicioso,
pero aun sin querer, era famoso.
PFRG