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CERESOS DE YUCATÁN, CENTRO DE EXTORSIÓN Y TRÁFICO

A CIERTOS LÍDERES LOS DEJAN SALIR DEL PENAL POR LA NOCHE LOS FINES DE SEMANA

*Los dos principales centros penitenciarios de Yucatán, estarían controlados por integrantes de células del Cártel de Sinaloa, y en menor proporción por miembros del CJNG. Controlan una presunta red de extorsión, que opera desde el cereso de Mérida y Valladolid

*En el penal de Valladolid, el “Mochis”, es señalado como quien controla las operaciones del Cereso, en tanto que, en Mérida, quien manda es Roberto Nájera Gutiérrez, lugarteniente del “Chapo”.

* Cobran por protección, visitas conyugales y hasta la venta de drogas en el penal. Tienen privilegios desde dormitorios privados, hasta la utilización de equipos eléctricos, y de telefonía con internet.

Redacción/Sol Yucatán

Los dos principales centros penitenciarios de Yucatán estarían controlados por integrantes de células del Cártel de Sinaloa, y en menor proporción por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, antes Zetas, de acuerdo con investigaciones de Sol Yucatán.

Desde el penal de Ebtún en Valladolid y de Mérida, quienes en conjunto albergan al 84 por ciento de la delincuencia detenida en la entidad.

En el penal de Ebtún, los integrantes del Cártel de Sinaloa son quienes controlan el penal, cobran por protección con el contubernio de los custodios y directores del segundo penal más importante de Yucatán.

Alrededor del 30 por ciento de la población de internos pertenece al Cártel de Sinaloa, quienes fueron detenidos en el oriente del estado, procesados y enjuiciados en los juzgados de Valladolid, principalmente por narcotráfico, portación de armas prohibidas de uso exclusivo del Ejército y homicidio.

Los detenidos fueron capturados en la zona Tizimín, Valladolid, Chemax, Buctzotz y Río Lagartos, que son los municipios considerados como focos rojos, por su cercanía con Quintana Roo.

De acuerdo con fuentes de Sol Yucatán, estás personas son las que verdaderamente tienen el control del centro de reinserción social. Tienen privilegios desde dormitorios privados, hasta la utilización de equipos eléctricos, y de telefonía con internet.

En el Cereso de Mérida, considerado el más grande de Yucatán, el control lo tienen miembros del Cártel de Sinaloa, sin embargo, también tienen poder miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, antes Zetas, estas personas cobran por protección y controlarían grupos delincuenciales que operan en la calle, principalmente red de narcomenudeo y extorsión.

En los últimos años ha habido dos intentos de motín, debido al pleito de los internos por mantener el control del penal, aunque, el Gobierno del Estado, lo manejó como riñas.

El director Francisco Brito Herrera, aunque tiene más de 20 años en el puesto, no es quien mantiene controlado el Cereso, son los integrantes de esas agrupaciones y hay el riesgo latente de que se salga de control. De acuerdo con los custodios, cobran por protección, visitas conyugales y hasta la venta de drogas en el penal.

Asimismo, tienen permitido la utilización de equipos de telefonía celular con internet y tienen permitidas las visitas fuera de horario, según la fuente que trabajó más de 20 años en el penal, hasta a ciertas personas se les permite salir los fines de semana. Entre 2011 a la fecha se han registrado cinco homicidios, en el que se vieron involucrados integrantes del Cártel de Sinaloa.

La mayoría de los internos que están recluidos en este centro de reinserción, fueron detenidos por homicidio, extorsión, secuestro y narcotráfico. En el caso de Valladolid, uno de los líderes es señalado como Ramón Marín N. alías El Monchis, presunto integrante del Cártel de Sinaloa, el “Monchis”, a pesar de que se encuentra detenido y bajo proceso, aún controla el negocio del trasiego de las drogas en la zona oriente del estado.

El año pasado, fue detenido en la zona de Tizimín, donde sus lugartenientes se resistieron y se registró un enfrentamiento con la policía. El Monchis, junto con otros miembros de la agrupación son los que controlan el Cereso de Ebtún.

En Mérida, uno de los que controlarían el penal es Roberto Nájera Gutiérrez, alias “Gallina”, quien es señalado como uno de los lugartenientes de Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo”, controlaba y, desde el penal lo sigue haciendo, distribución de droga en Mérida, municipios del Oriente y en Quintana Roo.

Estos grupos controlarían una presunta red de extorsión, la cual opera desde el interior del Centro de Readaptación Social de Mérida y Valladolid, considerados como los centros penitenciarios más importantes de Yucatán y donde se encuentran recluidos los presos más peligrosos que se han detenido en la entidad.

De acuerdo con fuentes de Sol Yucatán, la Fiscalía General del Estado tiene abierta una carpeta de investigación por la presunta red de extorsión que operaría en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Mérida, aun cuando los equipos de telefonía celular y acceso a internet están prohibidos en el interior del reclusorio.

La red delincuencial estaría encabezada por reos foráneos y locales, en la cual estaría involucrado personal de la penitenciaría, la más grande de Yucatán.

Hay que recordar que, tanto en Mérida como en Valladolid hay integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, quienes suelen realizar este tipo de prácticas. Es decir, estarían actuando en complicidad con los custodios y hasta con la complacencia del director del penal Francisco Brito Herrera.
Las pesquisas se iniciaron después de que, mediante el rastreo vía satelital de llamadas de extorsión, se ubicó que los telefonemas provenían del interior del Cereso, en la colonia San José Tecoh, en el sur de la ciudad y Ebtún, en Valladolid.

Asimismo, en extorsiones e intentos de los mismos, en otras partes del país, como la Ciudad de México, Aguascalientes y Nuevo León, se realizaban con números yucatecos, por lo cual las Fiscalías de esos estados, solicitaron la colaboración de las autoridades estatales.
Se presume que los involucrados tendrían cómplices en las afueras del penal, quienes se encargarían de retirar el dinero que depositan las víctimas.

En diciembre pasado, las autoridades policiales realizaron operativos de revisión sorpresa en el Cereso de Mérida y Ebtún, donde incautaron más de 30 equipos de telefonía celular con acceso a internet.

De acuerdo al presupuesto del Gobierno del Estado, entre los cinco Centros de Reinserción Social, se destina para su operación poco más de 300 millones de pesos al año, por lo cual, cada reo le cuesta al estado cerca de 200 mil pesos.

El Sistema Penitenciario de Yucatán es de los más caros del país y poco sirven los programas de reinserción, ya que es controlado por la propia delincuencia. La misma comisión de Derechos Humanos, en su informe del año pasado, señala deficiencias en el plan de reinserción social.

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