Antesalista de Lujo

Gran tercera base de estupendos reflejos para cubrir la Esquina Caliente, posición complicada en la que Fermín Burbuja Vázquez, se desempeñaba como un auténtico pez en el agua. nació el 30 de noviembre de 1914 en Mérida y es el primer beisbolista yucateco en jugar a nivel profesional.

Por Redaccion -octubre 26, 2023089

Poseedor de un estilo único, Fermín Burbuja Vázquez se convirtió con el pasar de los años en uno de los jugadores más pintorescos que hayan estado en la Liga Mexicana de Béisbol.
Vistió las franelas del Águila de Veracruz, Dorados de Chihuahua, Sultanes de Monterrey, Diablos Rojos del México, Azules de Veracruz, Tecolotes de Nuevo Laredo, Metepec Tigres y Leones de Yucatán
Tenía fama de bravucón y participó en broncas memorables con sus compañeros de equipo o con jugadores contrarios, sin embargo, eso no impidió que, en febrero del 2003, el Comité Elector de Veteranos le hiciera justicia al inmortalizarlo en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano
Redacción/Sol Yucatán

En el Béisbol Mexicano han brillado yucatecos en casi todas las posiciones, pero principalmente en el campo corto. Hoy le toca el turno a uno de los cinco ex peloteros locales que destacaron intensamente en su paso por los diamantes, lo que los llevó a ocupar un merecido sitio en el Salón de la Fama.

Gran tercera base de estupendos reflejos para cubrir con eficiencia la llamada Esquina Caliente, posición complicada en la que Fermín Burbuja Vázquez, se desempeñaba como un auténtico pez en el agua, aunque su versatilidad le permitía desempeñarse también como jardinero.

El antesalista nació el 30 de noviembre de 1914 en Mérida, y es el primer beisbolista yucateco en jugar el Rey de los Deportes a nivel profesional.

Poseedor de un estilo único se convirtió con el pasar de los años en uno de los jugadores más pintorescos que hayan estado en la Liga Mexicana de Béisbol, cuyo profesionalismo y garra eran sus tarjetas de presentación, lo que le permitía competir al más alto nivel con grandes adversarios.

Durante 17 temporadas en la Liga Mexicana deleitaba a los aficionados con sus espectaculares atrapadas en la antesala y su bateo oportuno a la hora de plantarse en el pentágono.

Vistió las franelas del Águila de Veracruz, Dorados de Chihuahua, Sultanes de Monterrey, Diablos Rojos del México, Azules de Veracruz, Tecolotes de Nuevo Laredo, Metepec Tigres y Leones de Yucatán. Con su .276 de porcentaje de bateo fue uno de los protagonistas indiscutibles de la Época de Oro del Béisbol Mexicano. Debutó en 1939 con el Águila de Veracruz y dijo adiós a la pelota caliente profesional con el equipo de bengala en 1955.

Los aficionados en todos los diamantes donde se presentaba quedaban cautivados con su entrega y efectividad, que se notaba entrada tras entrada.

Participó en 1,084 duelos en los que conectó 1,069 incogibles, de los cuales, 35 fueron de tres estaciones, 16 se fueron detrás de la barda, 159 dobletes e impulsó 472 carreras, además de anotar 470.

Seguro tercera base y efectivo y contundente con la majagua. En muchas ocasiones protagonizó pleitos debido a su carácter fuerte, cosa que lo caracterizó en su prolífera carrera y que fascinaba a los aficionados que lo idolatraban. A la hora de disputar una base era un tipo bravo que no se dejaba intimidar por nadie, aunque nunca era agresivo con el afán de dañar intencionalmente.

Tenía fama de bravucón y participó en broncas memorables con sus compañeros de equipo o con jugadores contrarios, sin embargo, eso no impidió que finalmente, en febrero del 2003, el Comité Elector de Veteranos le hiciera justicia al inmortalizarlo en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano, en la misma generación de otro grande, Nelson Barrera Romellón, El Almirante.

En el plano personal siempre mostró su lado alegre, festivo, lleno de optimismo, siempre sonriendo de oreja a oreja, dispuesto para atrapar elevados, líneas poderosas y tendidas o, roletazos complicados, siempre en beneficio de los equipos con los que militó. Los aficionados al Rey de los Deportes en los primeros años del siglo próximo pasado, siguieron con su carrera en los equipos en los que participó.

En la Liga del Pacífico destacó varios años, en su mayoría con la novena de Hermosillo.

La forma agresiva con la que atacaba las bases en el diamante, gracias a su gran velocidad, le permitió robarse 103 colchonetas, siendo su mejor temporada con el bat en el año de 1943, con un nada despreciable .336 de porcentaje de bateo, vistiendo la franela del extinto equipo de Azules de Veracruz. Era un pelotero consistente y efectivo, tanto así, que en cuatro campañas supero los .300 de porcentaje con la majagua.

Burbuja no se rajaba ante nadie, siempre intenso y cautivante para el disfrute de los aficionados a la Pelota Caliente. Todo esto era tan significativo para el mundo del béisbol, que de 1942 a 1948 fue distinguido para participar en siete Juegos de Estrellas de la Liga Mexicana de Verano. Lo anterior no hizo nada más que consolidar su gran categoría y envidiable prestigio como una figura de primer nivel, compitiendo sin ningún tipo de complejo ante verdaderos exponentes del Béisbol Mexicano.

Durante muchos años de su fructífera carrera como pelotero, fue el poseedor indiscutible de más juegos ininterrumpidos pegando de imparable sumando 23, una proeza para aquel tiempo, que quedó marcada en la campaña de 1947-1948, defendiendo los colores de Hermosillo.

No hay nada más que decir, el inolvidable, pintoresco, prolífero, bravucón y gran pelotero, Fermín Burbuja Vázquez, labró una trayectoria en la historia de este mágico deporte, en la cual, escribió paginas imborrables, por lo cual, indiscutiblemente es uno de los privilegiados ex jugadores yucatecos inmortalizados en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano, junto con el Diamante Blanco Julio Molina, William Bernzunza y Juan José Pacho. Sin lugar a dudas Burbuja seguirá en lo más alto invitando a más peloteros yucatecos a probar las mieles y los sinsabores de este deporte.