Mérida
Renán, un verdadero fiasco en el Desarrollo Sostenible en Mérida
*Ojalá que el Alcalde y las dependencias emeritenses hubieran entendido que el deterioro integral del paisaje urbano de Mérida no es solo degradación ambiental limitada a los aspectos físicos más elementales, sino que incluye aspectos económico-patrimoniales y socioculturales
*La constatación de la ampliación de la pobreza, la persistencia de la exclusión y las nuevas formas de la segregación, ni siquiera cuentan con estadísticas municipales confiables
*A pesar de ser tres veces repetidor al frente del Ayuntamiento de Mérida, nada puede ser más preocupante que siga ahí alguien como él, sin tamaño ni perfil para tomar decisiones en cuestiones importantes para el futuro inmediato de nuestra ciudad.
Por Jorge Franco
Tres veces repetidor en la Presidencia Municipal y, de todos modos, la adminitración de Renan Barrera Concha ha sido un fiasco en todo lo concerniente el Desarrollo Sostenible en Mérida.
A pesar de ser tres veces repetidor al frente del Ayuntamiento de Mérida, Renán Barrera Concha no ha dado muestras de capacidad para asumir los problemas poblacionales y territoriales que realmente suceden en la capital yucateca. Nada puede ser más preocupante para nosotros que siga ahí alguien como él, sin tamaño ni perfil para tomar decisiones en estas dos cuestiones importantes para el futuro inmediato de nuestra ciudad.
El presidente municipal no ha captado, para comenzar, que la densificación poblacional aunada a la carencia de servicios básicos e insuficiencia de infraestructura estratégica en el Centro Histórico y las colonias originarias, ocasionan varias cosas: 1) determinan el abandono del patrimonio cultural, 2) contribuyen al deterioro de la convivencia social y, desde luego, 3) ocasionan el empeoramiento ambiental por degradación arquitectónica, contaminación hídrica, acumulación residual, deforestación urbana, etc., así como propician los peores usos irregulares del suelo y los tráficos más ventajistas de predios históricos.
Tampoco ha mostrado suficiente capacidad el munícipe repetidor para asumir que la concentración urbana en las los barrios fundacionales y colonias tradicionales, sucede ahora en medio de la pandemia de COVIB-19 aunada a la incertidumbre ocasionada por la caída de la concentración industrial, comercial y habitacional.
Honestamente, pensamos que actualmente Barrera Concha no tiene la menor idea sobre esta cuestión.
Barrera Concha no ha entendido que esas actividades se localizaron en los barrios del Centro Histórico y las segmentos originarios, por facilidades de mano de obra a pesar de tener pésimos sistemas de conectividad y carecer de sistemas de servicios económicos, sociales y ambientales, contribuyendo fuertemente al proceso de deterioro integral del paisaje urbano. No ha intentado hacer nada a pesar de que los problemas de conectividad y servicios agobian a los emeritenses por esos rumbos de nuestra ciudad.
Ojalá que el presidente municipal y las dependencias emeritenses hubieran entendido que el deterioro integral del paisaje urbano de Mérida no es solo degradación ambiental limitada a los aspectos físicos más elementales, sino que incluye aspectos económico-patrimoniales y socioculturales que se corresponden con los problemas ocasionados por la pobreza extrema, la exclusión social y la segregación espacial. No ha sucedido así a pesar de que se tiene la situación de un presidente municipal que ha estado al frente del Ayuntamiento de Mérida tres veces, y que ha mantenido consigo a muchos integrantes del equipo administrativo de anteriores trienios municipales.
Muy lamentables han sido hasta hoy los trabajos de planeación municipal, servicios públicos, patrimonio cultural y asistencia social.
Debido a presidentes municipales como Renan Barrera Concha y dependencias emeritenses como las que ahora padecemos -incapaces de entender y negligentes para sumir lo que realmente sucede en la capital yucateca para proceder con enfoques integrales del desarrollo sostenible,- el número de pobres, excluidos y segregados sigue creciendo, y la erradicación de la pobreza, la exclusión y la segregación no parecen alcanzables bajo la simpleza y comodidad de los esquemas tecnocráticos del Ayuntamiento de Mérida.
A decir verdad, la constatación de la ampliación de la pobreza, la persistencia de la exclusión y las nuevas formas de la segregación, ni siquiera cuentan con estadísticas municipales confiables a partir de criterios de medidas internacionales, como la pobreza de ingreso o línea Internacional de pobreza, y el Índice de pobreza humana.
No se han referido las autoridades municipales ni siquiera a “criterios globales” de medición, como la línea Internacional de pobreza que corresponde a las personas que viven con menos de 1 dólar al día, es decir, la población bajo el límite de la pobreza de ingreso. Tampoco han expresado las dependencias emeritenses nada sobre el Índice de Pobreza Humana (IPH) que, para los países en desarrollo, mide las privaciones en tres dimensiones de la vida humana: la longevidad, los conocimientos y el nivel de vida decoroso.
No cabe duda que haber tenido a Renán Barrera Concha como munícipe tres veces al frente del Ayuntamiento de Mérida ha resultado un verdadero fiasco para la planeación integral del desarrollo sostenible en la capital yucateca bajo el cambio democrático y la transformación república.