Opinión
Ramírez Marín, con el PAN NO
Por Alejandro López Munguía
Escuchar el argumento del Senador Jorge Carlos Ramírez Marin rechazando la alianza electoral del PRI con el PAN, es verdaderamente motivante y cautivador para un amplio sector de priístas que se asumen como tales. Sin duda, el hombre le atinó al meollo del asunto. Encontró la bandera perfecta, esa que lo reviste de identidad, ahora que es muy común ver a priístas «empinados» vendiendo sus miserias a los azules por un poco más de tiempo de vida pública viviendo del erario.
Ramírez Marín está provocando en los priístas de «cuna» esa necesidad de sumarse a él. Ya sabíamos de su interés por ser el candidato a gobernador de Yucatán, pero ni a nosotros ni a él, nos quedaba claro ¿con qué argumento válido, más que legítimo, se presentaría?.
La sólida insistencia de Rolando Zapata de llevar al PRI a una alianza con el PAN, ha generado la favorable circunstancia para el ex candidato a presidente municipal de Mérida en el 2021. Situación que le permite al «Prócer» tomar tribuna mediática y demostrar lo que mejor sabe hacer: hablar y seducir.
Él sabe, como muchos también, que los priístas de «corazón», están renuentes a pedir el voto para un candidato azul. Y lo peor, que esa alianza es la desaparición del PRI como partido en Yucatán. Con esa alianza, el partido tricolor pasaría a convertirse en un reducto de la camarilla política que entregó el estado en el 2018.
Que esa alianza solo serviría para enriquecer aún más los patrimonios personales de esos a los que la militancia y el pueblo bien identifica. La gente sabe, la gente entiende, la gente solo necesita que se lo recuerden y le den una buena razón para volver a encender la llama de su anhelada esperanza. Si Jorge Carlos redobla esfuerzos y fortalece la argumentación, tiene grandes posibilidades de transformar un simple deseo de ser gobernador a convertirse en una opción real y verdadera.
Lo único que tendría que hacer Jorge Carlos es no equivocarse. Empezando por no volver a tropezar con la misma piedra. No son tiempos de ponerse a bailar como botargas, sino tiempos de «mover las almas», con aplomo, con honestidad, con lealtad, generando confianza, honrando la palabra y construyendo alianzas con los líderes que hay en todo el estado y están dispuestos.
Nunca como hoy se le abre la puerta al ex oficial mayor de Don Víctor Cervera Pacheco para encabezar una candidatura que incluya al PRI y a toda la oposición en la entidad. Nunca como hoy.
Los priístas deben aliarse con sus semejantes y eso involucra a los que en su ideología y formación coinciden de fondo. En éstos momentos de gran definición, la forma no es fondo. Si Rolando consolida se plan, el PRI desaparecerá y con él, todo por lo luchó y consiguió.
¿Acaso ganaron algo los priístas de base, los militantes, con el triunfo del PAN en el 2018?