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NARCO-PUERTOS
*En el puerto de Progreso operan cinco células de grupos criminales, quienes mueven grandes cantidades de droga hacia Estados Unidos, por Nueva Orleans, Asia y Europa vía Manzanillo. Varias ejecuciones relacionadas con el narcotráfico no son reportadas por las autoridades locales.
*Progreso, puerta de entrada y salida de Yucatán, es el puerto más grande de la Península, operan el Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, y en menor medida células de los Zetas, de la familia Epitacio y del Cártel Independiente de Acapulco.
*La droga sale del puerto colombiano de Buenaventura, es trasladada a Costa Rica o El Salvador, donde cargan combustible para luego ingresar al mar Caribe hasta Yucatán o las costas de Quintana Roo, por Felipe Carrillo Puerto.
El puerto de Progreso es el epicentro del tráfico de drogas en Yucatán, de acuerdo con datos de inteligencia a los que tuvo acceso el gabinete de investigación de Sol Yucatán, en el municipio gobernado actualmente por el PAN y que a partir del 1 de septiembre será gobernado por Morena, existe la presencia de cinco de los siete cárteles de las drogas que tienen presencia en Yucatán.
Aunque dos son los que controlan el trasiego de drogas a gran escala hacia los Estados Unidos, Asia y Europa.
En Progreso, que es la puerta de entrada y salida de Yucatán y es el puerto más importante, no sólo del Estado, sino que, de la Península, operan el Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, y en menor medida células de los Zetas, de la familia Epitacio y del Cártel Independiente de Acapulco.
La droga viene del puerto de Buenaventura, Colombia, a través de embarcaciones, al puerto de Progreso. De allí la droga es transportada hacia Estados Unidos, vía Nueva Orleans.
De igual manera la droga es llevada al puerto de Manzanillo, Colima, para ser llevada a Europa y Asia, especialmente Hong Kong y China.
Los cárteles dominantes son el de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, quienes son los encargados del trasiego de grandes cantidades de drogas hacia el puerto de Manzanillo y hacia los Estados Unidos, por Nuevo Orleans.
Las células de los Zetas, Epitacio y Cártel Independiente de Acapulco, se encargarían del narcomenudeo en el municipio hasta el puerto de Sisal.
De acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Yucatán es parte de una de las siete rutas marítimas que los cárteles utilizan para el traslado de droga de Sudamérica, en especial de Colombia, hacia México para su posterior traslado hacia los Estados Unidos o bien al mercado asiático.
La información revelada por Guacamaya Leaks, quienes hackearon las cuentas de la Sedena y accedieron a archivos confidenciales, señala que la droga que se traslada hasta Yucatán y Quintana Roo proviene de Buenaventura, Colombia.
Buenaventura es el principal puerto marítimo de Colombia y es uno de los diez puertos más importantes de Hispanoamérica; se estima que Buenaventura mueve más del 53 % del comercio internacional del país cafetalero.
Es la tercera ciudad colombiana más poblada, después de Cali y Palmira.
De acuerdo con los archivos de las autoridades mexicanas, la droga sale del puerto de Buenaventura, es trasladada a Costa Rica o El Salvador, donde cargan combustible para luego ingresar al mar Caribe hasta Yucatán o las costas de Quintana Roo, por Felipe Carrillo puerto.
Utilizan barcos pesqueros, lanchas rápidas y recientemente veleros, en aguas yucatecas se han detenido a dos veleros que transportaban droga en compartimentos especiales, el narco busca pasar desapercibido a través de naves de recreo.
Ante este panorama, el año pasado la Secretaría de Seguridad Pública adquirió dos lanchas rápidas que se deberían de utilizar para el patrullaje, sin embargo, sólo se encuentran varadas en la base que la SSP tiene en Yucalpetén.
En Yucatán, operan y tienen presencia el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Sinaloa (CDS), Cártel del Golfo, Los Zetas, Cártel Independiente de Acapulco (CIDA), Cártel del Istmo y los Epitacio, estas dos últimas agrupaciones son familias oaxaqueñas, que migraron a Yucatán y sentaron sus raíces en Progreso, Kanasín y colonias del Poniente de Mérida.
Precisamente en Chelem, comisaría de Progreso, se detuvo a Víctor Aguirre Garzón alias “Gordo”, líder del Cártel Independiente de Acapulco, quien desde Yucatán movía los hilos de la agrupación criminal.
A pesar de ello, las autoridades de Yucatán, tanto la SSP, Fiscalía General del Estado y Fiscalía General de la República, han negado de manera sistemática la presencia de la delincuencia organizada en tierras yucatecas.
De manera oficial, en Yucatán desde el 2011, no se registra una sola ejecución ligada a la delincuencia organizada, esto debido a que las autoridades maquillan los crímenes relacionados con el narco, esto con la finalidad de preservar la imagen de un Estado seguro y pacífico.
La ejecución más reciente relacionada con el narco, según las autoridades, fue en Tizimín en el 2011, y fue por el crimen de José Raúl García Castillo, integrante al Cártel del Golfo, se responsabilizó a miembros del Cártel de Sinaloa, quien domina ese territorio, aunque el crimen nunca fue resuelto.
En los últimos años, se han registrado ejecuciones ligadas a la delincuencia organizada, sin embargo, la Fiscalía y SSP siempre han informado que el móvil de los asesinatos está relacionado a venganzas o viejas rencillas.
Del 2021 a la fecha, al menos cinco crímenes han estado relacionados con problemas de drogas y ligados a la delincuencia organizada.
En febrero del 2021, se registraron dos ejecuciones en Mérida, el primero en el Fracc. Dzoyolá, donde Carlos Alberto “N” fue ejecutado de cinco disparos.
Días más tarde se registró otra ejecución, en esa ocasión fue en el Fracc. Las Américas, donde sujetos de Quintana Roo llegaron y ejecutaron al tabasqueño, Jesús Damasco Contreras alias “Chuy”.
“Chuy”, con vínculos a la delincuencia organizada, en específico al Cártel de Sinaloa, llegó de Cancún a principios de año para esconderse en Mérida, sin embargo, 45 días más tarde fue encontrado y ejecutado a balazos.
Suerte similar corrió Javier Humberto Franco Hernández, quien huyó de Quintana Roo y se estableció en Progreso, fue abatido a balazos dentro de su negocio.
En el 2022, fue ejecutado a balazos el empresario Roberto Kuri Llamas en la colonia Díaz Ordaz.
En mayo del 2023, fue ejecutado a balazos Luis “N”, cuando salía de su casa, localizada en la colonia JJ Pacho, en Oxkutzcab.
El 17 de julio pasado, fueron levantados y ejecutados dos hombres, los cuerpos fueron hallados en la carretera Oxkutzcab-Maní, sin embargo, las autoridades maquillaron estos crímenes como venganzas.
En los últimos años, en Mérida, Progreso y Tizimín, tres de los cinco municipios considerados con problemas de droga, los otros son Kanasín y Valladolid, de Yucatán, se ha logrado la detención de importantes personas ligadas a la delincuencia organizada.
Entre las personas detenidas que vivían en Mérida, se encuentran Raúl Muñoz Aguirre Alias Sincler, capturado en el 2018 acusado de narcotráfico, homicidio y uno de los lugartenientes de la peligrosa banda de los “Pelones”, que tiene presencia en Quintana Roo, Tabasco y Campeche.
En el mismo año, se capturó a Víctor Hugo Aguirre Garzón, alias el “Gordo”, líder del Cártel Independiente de Acapulco, quien estaba establecido en Chelem, y mantenía un bajo perfil.
El presunto hampón llegó a vivir a Yucatán y estuvo dos años en la entidad, de acuerdo con las autoridades federales, desde Yucatán manejaba las operaciones del Cártel.
En el 2015 fue capturado Flavio Gómez Martínez, hermano de Servando alias la “Tuta”, líder de los Caballeros Templarios, Flavio era el operador financiero de la organización criminal. Llegó a vivir a Yucatán y se estableció en el fraccionamiento Paraíso Maya, en Mérida.
Así como Mateo Domínguez Bouloy, quien, desde Mérida, controlaba la distribución de droga para los Zetas.
En el 2018, se solicitó al Gobierno Federal el traslado de 20 internos catalogados como de alta peligrosidad del Cereso de Mérida y Valladolid a penales federales, debido a que los ceresos de Yucatán no cuentan con las medidas de seguridad para albergar a criminales de alta peligrosidad, al estar vinculados a grupos de la delincuencia organizada, sin embargo, la petición no prosperó.