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¿HUACHO RUMBO AL PRECIPICIO?

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COLUMNA EDITORIAL
DESDE LA FUENTE

Su creencia en que la pura marca Morena y el nombre de López Obrador le darían el triunfo, lo enloqueció de soberbia, corrió a todos lo que no son sus cuates, despreció al partido, se peleó con la líder estatal que cuenta con el respaldo de los militantes y ahora no puede salir del hoyo en que se encuentra

Por Francisco Trubu/ Sol Yucatán

Las cosas siguen muy mal y van a empeorar en Morena rumbo a las elecciones de gobernador y la alcaldía de Mérida. La ambición de Huacho lo lleva al precipicio directamente.

La campaña antivoto que traen los morenistas fundadores va con todo y no solamente en Mérida, sino en la mayor parte del territorio yucateco. El pretexto son los chapulines a los que acusan de quedarse con las candidaturas y desplazar a los auténticos morenistas.

Sin embargo, el trasfondo realmente es que la ambición de Joaquín Díaz Mena (a) Huacho, fue la que le partió el eje a todo lo que se pudo hacer desde Morena, con las bases del partido y con la gente que ha estado esperando una oportunidad y trabajó duro para ganársela.

¿Y dónde anda por cierto la líder del partido, Alpha Tavera Escalante? La supuesta licencia que pidió para atender asuntos personales ya terminó, pero la lideresa y ex alcaldesa de Valladolid por Morena, y una de las que también se llaman fundadoras y caminaron con López Obrador en el arranque morenista, no está en campaña, de hecho no es que sea un misterio, pero nadie sabe dónde está, la respuesta que todos conocen es que Huacho la hizo a un lado, le intentó arrebatar el partido y la sacó, pero lo que no midió el pescador de San Felipe, es que se le desmoronaría el partido.

Es imposible para Huacho que su campaña levante una vez que ya inició, por qué además no tiene recursos, ahora sí que ni gente ni dinero para el trabajo proselitista.

Su creencia en que la pura marca Morena y el nombre de López Obrador le darían el triunfo, lo enloqueció de soberbia, corrió a todos lo que no son sus cuates, despreció al partido, se peleó con la líder estatal que cuenta con el respaldo de los militantes y ahora no puede salir del hoyo en que se encuentra.

También se peleó con Verónica Camino que será senadora y con el famoso “Gordito”, el que seguramente también será senador, Jorge Carlos Ramírez Marín, que dejó al PRI con acuerdos para ganar, pero nuevamente la soberbia de Huacho, que desde la delegación del bienestar ya se sentía como un dios del olimpo vestido de guinda, pensando el inocente hombre de San Felipe que podría emular a López Obrador en la versión yucateca, lo infló de mucha soberbia, y debería aceptar, para bien o para mal, solo existe un AMLO, nadie podrá imitarlo y menos querer ser el todopoderoso que todos los días marca la agenda pública desde la mañanera.
¡Qué ingenuo fue Huacho!

Las consecuencias a la vista es que su campaña es un desastre y va al precipicio.

Y se escondió el tiempo que pudo en el hospital argumentando su accidente en la mano, porque de acuerdo a fuentes bien enteradas, no tiene dinero para hacer campaña. ¿A poco toda la gente que trae es de a gratis? ¿o los convenció de no cobrar en la campaña y darles trabajo cuando gane? Obvio que la gente no le cree sus promesas porque no las cumple, no apoyó a la gente del partido cuando llegó a la delegación del Bienestar, metiendo solo a sus cuates, pues es normal que ahora nadie le crea que los apoyará.

Los patrocinadores ya no creen en Huacho, no le ven futuro, todavía les debe dinero del anterior intento de ser gobernador, pero además tampoco creen en su honestidad y que realmente vaya a aplicar el dinero en la campaña intentando remontar.

Las campañas políticas se ganan con dinero, y si no lo tienes y nadie va a financiar tus aspiraciones es un hecho que entonces además de ser político pobre, eres un pobre político. (Haciendo un paréntesis, Huacho en lo personal no es pobre, pero no le va a meter dinero bueno al malo).

Huacho pudo hacer alianzas con la gente de Morena, con los candidatos fuertes a diputados y senadores y subirse a su campaña, pero pensó que podía ser el pequeño emperador yucateco, cuando esos desaparecieron con la conquista de los españoles.

Y la rémora que ahora también trae colgando es al clavadista Rommel Pacheco, que no puede competir contra Cecilia Patrón, ni con recursos, ni con carisma ni con lealtades. Tampoco lo quieren los de Morena y de la cuenta de ellos corre que tendrá la menor cantidad de votos posibles que obvio no le sirven ni a él, ni a Huacho, solo para el ridículo.

Rommel también por ambicioso se quedó sin nada. Pudo haber sido diputado y seguir viviendo del Congreso, tal vez si ganaba, pero creyó que le alcanzaba para ser candidato por Mérida.
¿Alguien en su sano juicio va a financiar muchas decenas de millones de pesos al clavadista que saben que no ganará nada?

Otro pobrecito ingenuo que creyó en el canto de las sirenas.

La ambición y avaricia dejarán a Morena muy mal después de estas elecciones. ¿Tendrá su destino marcado ya? ¿Por culpa de Huacho estará a un paso de perder todo lo que había ganado con López Obrador en Yucatán? Tienen que tomar en cuenta que después de junio, AMLO no volverá a hacer campaña, y será parte de la historia de este país

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