GOBIERNOS GENOCIDAS EN YUCATÁN

* Rolando Zapata Bello y Mauricio Vila Dosal causaron la muerte de los miles de yucatecos que requerían servicios especializados de trauma. Los mandatarios se negaron a terminar el centro de trauma de Yucatán que está en el hospital O’Horán.

*En 12 años, al menos a 3 mil personas se les pudo haber salvado la vida y a un número similar se le pudo haber evitado amputar alguna extremidad. Los equipos no están siendo utilizados y están siendo desperdiciados 

*El nosocomio solo cuenta con cinco camas de terapia intensiva, lo que es insuficiente para atender el gran número de personas que llegan con traumas ocasionados por accidentes de tránsito o trabajo, por lo cual el nosocomio es rebasado.

Durante más de 12 años, los gobiernos priístas y panistas de manera deliberada han dejado morir o han permitido que personas con traumas terminen con discapacidad. Por lo cual se les podría señalar como gobiernos genocidas.

Los gobernadores y secretarios de salud se han negado de manera sistemática a concluir el centro de trauma que se ubica en el hospital Agustín O’Horán, que es el nosocomio más grande e importante de la Península de Yucatán.

El recinto estaría especializado en el tratamiento de traumas por accidente de tránsito o por enfermedades crónicas degenerativas, como la diabetes. Con su operación permitirían salvar vidas, evitar amputaciones y con ello revertir los niveles de pobreza.

En el edificio, que tiene un 70% de avance, se encuentra equipo de punta con un valor estimado en 40 millones de pesos, que fue donado por organizaciones del extranjero, el cual no se puede utilizar porque el edificio no está terminado.

Es decir, los equipos no están siendo utilizados y, por lo tanto, están siendo desperdiciados y en su caso, están quedando obsoletos, cuando se podrían utilizar para salvar vidas y aliviar el dolor de miles de personas.

El edificio se comenzó a construir desde el 2010, durante la administración de Ivonne Ortega Pacheco, sin embargo, no se pudo concluir la obra durante la administración ivonista. 

Se pensó que Rolando Zapata Bello, gobernador que provenía del mismo partido que su antecesora, lo terminaría para comenzar operaciones, sin embargo, por la rivalidad política con la exgobernadora, simplemente lo dejó en el olvido como ocurrió con el hospital de Ticul, iniciado por Ivonne Ortega y abandonado e incluso cancelado por Zapata Bello.

La cancelación del nosocomio le costó al gobierno de Yucatán una deuda de 740 millones de pesos.

El doctor Jorge Eduardo Mendoza Mezquita, secretario de salud de Yucatán, en reiteradas ocasiones se le planteó la necesidad de terminar el inmueble, por el crecimiento del estado y el incremento del parque vehicular, en especial de motocicletas, lo que ocasionaba un mayor número de personas con trauma que llegaban al nosocomio, sin embargo, siempre indicó que no había presupuesto.

Además, por el elevado número de personas enfermas con diabetes que requerían de este tipo de servicios.

Sin embargo, a lo largo del sexenio, siempre alegó que el gobernador no tenía contemplada la obra como prioridad y, por lo tanto, no había recursos para concluirla.

Durante el cambio de gobierno, el panista, Mauricio Vila, se interesó por el proyecto, sin embargo, el proyecto quedó sepultado por la llegada del Coronavirus, pasada la contingencia y ya al cierre de su administración, quedó en el olvido.

Es decir, Vila Dosal lo dejó en el olvido.

Se estima que entre ambas administraciones se pudo haber salvado al menos unas 3 mil vidas y evitado la amputación de algún miembro a otras 3 mil personas, impactando de manera directa en la economía, siendo uno de los principales factores de pobreza.

Actualmente, el nosocomio solo cuenta con cinco camas de terapia intensiva, lo que es insuficiente para atender el gran número de personas que llegan con traumas ocasionados por accidentes de tránsito o trabajo, por lo cual el nosocomio es rebasado.

Ante este triste panorama que se vive en el sector salud, los traslados aéreos que se realizan a través del helicóptero Bell, que le costó de renta a los yucatecos 300 millones de pesos, serían un engaño tanto para los yucatecos como para las familias, debido a que el hospital no cuenta con áreas especializadas para atender a las personas que llegan con graves lesiones como consecuencia de accidentes de tránsito, quemaduras o enfermedad.

Para atenderlo, el personal tiene que tomar la difícil decisión de desocupar a algún paciente en terapia intensiva y enviarlo a otra área, comprometiendo su salud y vida.

Por lo cual, los gobiernos de Zapata Bello y Vila Dosal han cometido crímenes en grandes masas, al negarse a terminar un lugar que podría salvar miles de vidas.

Según estimaciones, lo que se requiere para echar a andar el centro de traumas, es de 100 millones de pesos, lo que representa el 1.6% del presupuesto que el Gobierno del Estado le asignó a la Secretaría de Salud de Yucatán, que, de acuerdo a la ley de egresos del Poder Ejecutivo, para el 2024 es de 6 mil 158 millones 233 mil 041 pesos.

Si comparamos con los egresos que tendrá el Gobierno, los 100 millones de pesos apenas representa el .1% del presupuesto para este año, que es de 60 mil 815 millones 126 mil 260 pesos.

El beneficio para la salud sería mucho mayor, ya que se podrían salvar vidas o bien evitar amputaciones, sin embargo, a los gobiernos no les interesa la salud.

De acuerdo con los datos de Stata en el 2022, 615 personas murieron por accidente de tránsito y 1 mil 371 fallecieron por diabetes, gran parte de estas muertes se pudieron haber evitado.

La Secretaría de Seguridad Pública informó que, al mes, el parque vehicular de Yucatán crece a un ritmo de 230 vehículos por día entre nuevos y usados, lo que equivale a 6 mil 900 al mes y 82 mil 900 por año.

El crecimiento del parque incrementa la cifra de personas accidentadas, de acuerdo a los mismos datos de la dependencia estatal, al año los servicios de emergencia atienden y trasladan al hospital a 4 mil 627 personas con trauma, la mayor parte de ellas terminan siendo trasladadas al hospital Agustín O’Horán.

La misma dependencia indica que la cifra de accidentes y lesionados incrementará, debido al crecimiento de la tasa poblacional.