FUEGO DE EX AMIGOS

El alcalde presionó de todas las formas que pudo para convertirse en el abanderado del PAN, a pesar de que no es bien visto, y mucho menos, aceptado por los yucatecos, incluso entre quienes viven en Mérida
La disputa estuvo siempre entre Barrera, que se considera él mismo, un panista tradicional a pesar de ser manejado por Luis Correa, cuyo abolengo le viene del padre, pero que su compromiso personal con Acción Nacional siempre ha sido polémico
Santiago Alamilla Bazán/Redacción Sol Yucatán

Hace apenas unos días se concretó la salida de Rommel Pacheco Marrufo del PAN para incorporarse a la bancada de Morena. La semana anterior, también, en un movimiento que causó sorpresa para muchos, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, único miembro de la cámara alta de mayoría por el PRI, renunció a su militancia de toda la vida en el partido tricolor y se refugió en las filas del Verde Ecologista, lo que significa de manera tácita que también se considera un activo dentro del movimiento liderado por el equipo guinda.

Estas deserciones afectan directamente al malogrado intento del alcalde Mérida, Renan Barrera, de convertirse en el gobernador de Yucatán; la actual es una situación contraria a la que se dio en 2007 cuando el primer gobernador panista de Yucatán, Patricio Patrón apoyó a Xavier Abreu y dejó de lado a Ana Rosa Payán Cervera, quien molesta, renunció al blanquiazul y formó un nuevo partido, dejando la puerta abierta para que Ivonne Ortega Pacheco ganara las elecciones y se convirtiera en la segunda mujer en ser gobernadora de nuestro estado.

Esta es una situación contraria, porque en 2007 fue el gobernador quien hizo todos los movimientos para favorecer a Abreu, a pesar de que Payán Cervera gozaba en ese momento de mayor arraigo entre la ciudadanía

Ahora es el futuro candidato el que presionó de todas las formas que pudo, para convertirse en el abanderado del PAN, a pesar de que no es bien visto, y mucho menos, aceptado por los yucatecos, incluso entre quienes viven en la ciudad capital del estado, que se quejan continuamente de la mala calidad de los servicios públicos.

La disputa estuvo siempre entre Barrera, que se considera él mismo, un panista tradicional a pesar de ser manejado por Luis Correa, cuyo abolengo le viene del padre, pero que su compromiso personal con Acción Nacional siempre ha sido polémico y lleno de berrinches, separaciones y amagos con no apoyar la causa azul si no se le concedía lo que pedía; y por otro lado, de Liborio Vidal, un priísta converso pero efectivo en cuanto a su posición en el territorio y que le resulta sumamente útil electoralmente al actual gobernador, no solo por su calidad de empresario, sino porque logró conjuntamente con el estratega del gobierno, ganar abrumadoramente el congreso local, 14 de 15 diputaciones y una gran cantidad de presidencias municipales.

En esta edición de los desencuentros panistas, a diferencia del 2007, fue el ahora coordinador Barrera Concha, el rival más débil, quien se entercó para ser el candidato, y no quien mejores resultados podía ofrecer para la causa panista. Una versión inversa al desencuentro Abreu – Payán, pero que llevará al mismo resultado que antaño: La derrota de los panistas en las urnas.

La campaña de desprestigio, tanto en medios, como en espectaculares y redes sociales para intentar afectar tanto al gordito Marín, como a Rommel, no tienen otro origen que sus ahora ex amigos. Hay que recordar que el dispendio para publicidad por parte de Barrera, así como la contratación millonaria de empresas de dudosa utilidad para campañas en redes sociales, como denunció el Partido del Trabajo a principios de este año, proviene de los recursos municipales de los que seguramente para su aclaración será llamado a cuentas el alcalde, una vez termine su periplo el dos de junio del próximo año.

La afectación que estos desprendimientos le generan a su causa, es evidente, y también es notorio que el barco azul hace agua.

La declinación de Ramírez Marín a favor de Huacho Díaz, fortalece tremendamente la causa de la cuatro té, la jugada del Senador será la de seguir siendo legislador, al ser propuesto por el Verde Ecologista, que también lo propuso en 2018, para que ocupe una senaduría de representación proporcional por este instituto político; misma cámara de destino que seguiría Joaquín, en caso de que el INE obligue a que en Yucatán sea una mujer quien encabece los esfuerzos de la coalición guinda, que seguramente saldrá entre Verónica Camino o Alpha Tavera.

Rommel será propuesto por Morena para encabezar Mérida, y aunque se le señalará entre los panistas, tipo Ana Rosa Payán, que su salida afectará al PAN, la realidad es que el Teniente fue usado por el blanquiazul para ganar el distrito que Cecilia Patrón perdió ante un completo desconocido en 2018, es decir que para el caso del antiguo distrito federal tres, fue la popularidad de Rommel la que ayudó a los azules y no al revés.

Aunque la alcaldía no será fácil ya que los panistas pondrán toda la carne al asador para conservar Mérida, la unidad y los acuerdos que ya se han visto por parte de al menos dos de los partidos que integran la coalición juntos hacemos historia, pueden arrebatarle la capital al PAN, como ya ocurrió en 2010 cuando el PRI con Angélica Araujo derrotó en las urnas meridanas a una ex senadora y ex secretaria de estado como lo era Beatriz Zavala, y que al igual que Patrón Laviada (Cecilia), se asumía imbatible.

Si en lugar de promover una campaña sucia contra quienes lo dejaron solo, Barrera y su equipo analizaran el por qué nadie más que Luis Correa quiere trabajar con él, tal vez, y solo tal vez, pueda hacer más digna su derrota.