EL PRI VOTÓ EN CONTRA DEL PODER ABSOLUTO Y EL RETROCESO A LA DEMOCRACIA

Gaspar Quintal se pronunció en contra de la reforma de la “supremacía constitucional” porque debilita de manera peligrosa al Poder Judicial, dejándolo sin la facultad de revisar los cambios que afecten los derechos humanos.

Desde la máxima Tribuna del Congreso del Estado, el coordinador de la Fracción Legislativa del PRI, Gaspar Quintal Parra, se pronunció en contra de la Minuta relativa a la “supremacía constitucional”, recalcando que es un grave retroceso para nuestra democracia y para el equilibrio de Poderes en el país.

Al emitir los argumentos de su voto en contra, advirtió los riesgos de que México adopte como forma de gobierno el Estado Absoluto en el que se centraliza el poder político, se eliminan los contrapesos, se desprotege las libertades fundamentales y las minorías dejan de ser escuchadas.

Gaspar Quintal explicó que con esta reforma del partido oficialista, se pretende limitar el derecho de las instituciones y los ciudadanos de cuestionar mediante controversias constitucionales o acciones de inconstitucionalidad, las reformas y adiciones de ley que se realicen a la Constitución Federal, dejando sin la posibilidad de frenar aquellas que vulneren los derechos humanos del pueblo y violenten la división de Poderes.

“Esta reforma debilita de manera peligrosa al Poder Judicial, dejándolo sin la facultad de revisar cambios que afecten el texto constitucional; debilita, de igual modo, el sistema de pesos y contrapesos, así como también, limita la capacidad de coordinación entre Poderes y la posibilidad de encauzar la acción pública de alguno de ellos; pero más preocupante, es que, se limite su función como garante de los principios fundacionales de la República y como defensor de los derechos humanos”, reiteró.

El diputado enfatizó que ese dictamen otorga al Poder Legislativo la capacidad de modificar la Constitución sin supervisión, contraviniendo la legalidad, incluso sin rendir cuentas.

Además, abona al desmantelamiento de nuestra democracia incipiente, que ha permitido la alternancia en todos los niveles de gobierno, entre otros avances de una sociedad abierta. Es el regreso de lo que el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, denominó la “dictadura perfecta”, ya que permitirá que vuelva el sistema presidencialista autoritario de un partido hegemónico.

“En el PRI, coincidimos con nuestro Nobel de Literatura, Octavio Paz, al señalar que la creación de una cultura democrática en México no es menos importante y urgente que el desarrollo económico y la lucha contra la desigualdad”, finalizó.