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EL OTRO SEÑOR DE LOS CIELOS

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*Álvaro Sánchez, la historia criminal del capo comprador de fiscales, una historia que “Grupo Sol Corporativo” te adelanta en exclusiva. Una investigación del escritor y periodista Ricardo Ravelo, quien tuvo acceso a su expediente a través de la DEA y la FGR y en donde se aborda la historia del narcotraficante “El Tartamudo”, ya acribillado, pero que durante una década pudo operar y hacer negocios bajo la sombra y el amparo del brazo impartidor de justicia. 

*“El Tartamudo” tenía una flotilla de 30 aviones que viajaban a Centro y Sudamérica, incluso controlaba el aeropuerto de Querétaro , la cual era su base aérea para mover cocaina. 

 Por Ricardo Ravelo/La Opinión de México 

 El nombre de Álvaro Sánchez Sánchez nada significaría si no fuera porque la estadunidense Drug Enforcement Administration (DEA), la Fiscalía General de Justicia (FGJ) del Estado de México y la Fiscalía General de la República (FGR) de este país lo han reconocido como un poderoso narcotraficante con operaciones desde las sombras, surgido en la última década con una compleja red de influencias y corruptelas. 

Datos consultados en la FGJ, que trascendieron al nivel federal y a la DEA, estiman que este personaje nacido en 1974, de baja estatura y naturaleza sanguinaria, logró introducir a la Unión Americana más de diez toneladas mensuales a través de camiones de carga acondicionados con doble fondo. 

 En el mundo del hampa su ascenso resultó fulgurante: los informes oficiales calculan que, en su rancho de Tequisquiapan, Querétaro, se han contado unas ocho mil cabezas de ganado, un patrimonio descomunal, amasado sólo entre 2020 y 2023, que parece inverosímil. Originario del Estado de México –donde se le han conocido varios ranchos, casas, hoteles y empresas, la mayor parte preservados a través de otros miembros de su familia–, el llamado jefe de la organización criminal de “Los Hermanos Sánchez Sánchez” hizo en Querétaro su base, pero su radio de acción ha abarcado varios países de Centro y Sudamérica desde donde han logrado el transporte de drogas, principalmente cocaína, introducidas a México a través del Estado de Chiapas. 

Álvaro Sánchez en el mundo del narcotráfico contó con bodegas, tráileres, aviones en México y en varios países. Unos treinta, estiman autoridades federales. Ahora se sabe que la droga le llegaba en avión a Querétaro. En Puebla tiene contactos también. En el aeropuerto dispone de la protección de un “agente policíaco” conocido como “El Apache”

Posteriormente, los cargamentos son enviados a Estados Unidos en tracto-camiones de su propiedad. Álvaro Sánchez, conocido como El otro Señor de los Cielos por su capacidad para mover estupefacientes con el empleo de aeronaves, ha 12 operado en los últimos años envuelto en la penumbra; aprendió a manejarse con muy bajo perfil. Pero con amplio respaldo institucional, al menos en una decena de estados donde recibía protección de fiscales y altos mandos militares. 

 A su disposición, el apoyo policíaco operaba como un brazo armado a su servicio. Y a base de corrupción y violencia tejió profundas relaciones en las fiscalías de entidades como el Estado de México, Querétaro, Veracruz y la capital del país. De ese modo se volvió intocable para las autoridades estatales y federales. Sus nexos criminales han llegado a alcanzar incluso a altos mandos policíacos. 

 Estos han sido utilizados tanto para su protección personal y familiar, como para fabricar acusaciones falsas en contra de enemigos o rivales. En su círculo cercano también han aparecido miembros del Poder Judicial, sobornados con cañonazos de dólares para imponer sentencias condenatorias a sus enemigos. 

Como ocurrió con el empresario Jhovani Aguirre Benítez, a quien incriminó con elementos falsos, “sembrados” en su vehículo, como la portación de un kilogramo de cocaína y de un arma prohibida. Por estos dos delitos recibió una sentencia de ocho años, veredicto que el propio Sánchez Sánchez conocía con anticipación, pues le mandó a decir a la familia de Aguirre Benítez que de ella dependía si el juez le imponía ocho o veinte años. 

 Se infiere no sin razón a que el juzgador fue corrompido por Sánchez Sánchez, conocido en el mundo criminal como “El Tartamudo”. Su capacidad corruptora resulta todavía más impresionante. Un ejemplo de ello ocurrió la tarde del sábado 24 de diciembre de 2022, cuando 13 fue detenido en Querétaro a bordo de su vehículo. Iba acompañado de su esposa, Orfelina Rebollar Castelán. 

La pareja llevaba cuatro armas, 98 cartuchos útiles y un ejemplar felino: un tigre de Bengala cachorro, embutido entre maletas y bolsos en la parte trasera de una camioneta blindada. De acuerdo con el parte policíaco, la captura ocurrió tras un percance de tránsito. 

Sánchez y su pareja pretendieron huir, pero los agentes les cerraron el paso atravesando una patrulla en la carretera. En ese momento, elementos de la Policía Municipal adscrita al sector de El Marqués procedieron a revisar el vehículo y hallaron las armas, los cartuchos y el tigre. A Álvaro Sánchez le han fascinado estos animales. En las redes sociales aparecen familiares suyos con felinos de diversas características que han mantenido como mascotas en ranchos y residencias de su propiedad. 

 La detención de Sánchez Sánchez y su esposa ocurrió en el tramo de la carretera estatal 100-110. La mujer se identificó con su nombre legítimo: Orfelina Rebollar Castelán, no así su acompañante, quien dijo llamarse Manuel Méndez. Sin embargo, lo que la policía aparentemente no advirtió fue que su verdadero nombre era Álvaro Sánchez Sánchez, presunto narcotraficante que cargaba con un voluminoso expediente por los delitos de narcotráfico, lavado de dinero y con fichaje, incluso fuera de México, por el delito de conspiración, señalado como peligroso y armado. Lo anterior se acredita con la ficha W17515730 elaborada por las autoridades norteamericanas de Houston, Estado de Texas, en la que aparece la foto de Álvaro Sánchez con el nombre de Noé Arce Sánchez. 

 El documento señala que nació en 1974, de origen hispano y fugitivo de la justicia norteamericana.  Luego de la detención ejecutada por miembros de la Policía Municipal de El Marqués, en Querétaro, en diciembre de 2022, y tras el hallazgo de las armas, los proyectiles y el felino, tanto Sánchez Sánchez (bajo el nombre de Manuel Méndez) y Orfelina Rebollar Castelán fueron puestos a disposición de la FGR. 

 A pesar de existir investigaciones federales vigentes en su contra, ya el 27 de diciembre de 2022 se sabía que el presunto criminal y su esposa habían sido puestos en libertad. Jhovani Aguirre Benítez, quien dice conocer muy bien a Álvaro Sánchez, asegura que no tiene duda alguna sobre el hecho de que la persona detenida en Querétaro es la misma que ordenó su encarcelamiento en agosto de 2021: –¿Está usted seguro de que la persona detenida en Querétaro es Álvaro Sánchez Sánchez? –Se le preguntó a Jhovani Aguirre. –No tengo ninguna duda de que es él. Yo lo conozco muy bien. Lo que pasó es que lo dejaron ir porque hay demasiada corrupción en las autoridades. 

 Este sujeto tiene compradas a las fiscalías y a los policías. Así nunca podrá haber justicia para la gente. El crimen se impone con violencia y corrupción. Sobre las operaciones de Álvaro Sánchez Sánchez han existido investigaciones que dan cuenta de sus negocios y nexos criminales. Uno de estos informes de inteligencia fue elaborado por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México con la Fiscalía Regional de Tejupilco (FRT). De cuarenta páginas, el documento se titula “Caso: Tráfico de drogas, hermanos Sánchez Sánchez” e incluye una amplia radiografía de las 15 actividades ilícitas del personaje y de sus familiares. 

 También detalla con nombres y fotografías el organigrama de la organización encabezada por Sánchez Sánchez, además de varios de sus alcances internacionales. En el informe se incluyen fotografías con tomas satelitales de sus propiedades: ranchos, casas, fincas, hoteles, bodegas, entre otras. 

 Todas forman parte del patrimonio amasado presuntamente mediante el tráfico de drogas y el lavado de dinero. Sus bienes fueron ubicados por las autoridades tanto en el Estado de México como en Querétaro. 

 Según la investigación en este último Estado, particularmente en Tequisquiapan, es donde Sánchez Sánchez llegó a crear uno de sus centros de operaciones. Al exterior de la residencia, hay hombres armados a cargo de la seguridad del lugar. En la segunda página del informe aparece el siguiente subtítulo enmarcado en una pleca de color rojo: “Célula delictiva dedicada al trasiego de droga de Centroamérica a México y EU”. Abajo resaltan las fotografías de Álvaro Sánchez Sánchez con sus alias: La tía y/o Pollo y/o Tartamudo. Al lado derecho está la foto de su hermano Lorenzo Sánchez Sánchez, apodado Lencho –también le dicen El Señor de los Caballos–, otra pieza del grupo criminal, según se asienta en el informe. 

 En la parte de arriba el informe detalla: “… Dicha célula tuvo sus orígenes en los municipios de la zona sur del Estado de México y municipios de la zona norte del Estado de Guerrero. Y aunque se sabe que no pertenecen a ninguno de los grupos delictivos que operan en esta región, se sabe [que] mantienen relación económica y operativa. 

Esta célula es encabezada por los hermanos Álvaro y Lorenzo Sánchez Sánchez”. En la página tres, el informe incluye un primer organigrama de la organización criminal. Al centro resalta el jefe –Álvaro Sánchez–; debajo de él está Lorenzo Sánchez, segundo al mando. A la izquierda, en la primera línea de la organización, el informe registra a Johnny Hurtado Olascoaga, conocido como Pez, Pescado, Mojarro o Fish, ligado también al cártel de La Familia Michoacana. 

 

Le sigue Gustavo Ortiz, Lobo. Sobre este sujeto el informe señala: “Dedicado al trasiego de armas de Estados Unidos a México. Mantiene contacto con uno de los yernos de Johnny Hurtado Olascoaga, [Alias] ‘Pez’”. A la derecha de Álvaro Sánchez está su esposa Orfelina Rebollar Castelán, a quien las autoridades también incluyen en el esquema criminal y la consideran la “mano derecha”. 

 En el proceso de esta investigación los hermanos Hurtado Olascoaga no eran tan conocidos como ha sucedido desde la segunda mitad de 2023. Dentro de la perfilación de la FRT Los Hermanos Sánchez Sánchez y los Hurtado Olascoaga se perciben en un mismo nivel de mando en cada una de sus organizaciones. 

 Esto establece otra línea de investigación sobre los nexos de organizaciones criminales y el desarrollo de las mismas. La segunda línea del grupo la conforman nueve miembros. El informe señala el nombre de Juan Carlos Cienfuegos Vera, pieza clave de la célula delictiva. 

 De este personaje el informe resalta que le fascinan los caballos. En su página de Facebook –que como en otros casos han sido cerradas para bajar más sus perfiles de visibilidad– aparecía montado en un equino blanco, en otro momento montaba uno negro y resaltaba el festejo de la primera comunión de su hija, celebrada en un rancho en 2015.

(Continuará…)

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