Opinión
ACAUDALADO TERRATENIENTE
*Francisco Torres Rivas, teniendo información confidencial, en copropiedad con otros funcionarios ivonistas, entre ellos el ex consejero jurídico Sergio Cuevas, adquirió tierras en Tetiz, con alto valor ahora
* De acuerdo con el Registro Público de la Propiedad, también ha adquirido grandes lotes, bajo el régimen de condominio en Conkal, municipio conurbado a Mérida donde se desarrollan exclusivos fraccionamientos residenciales y privadas para multimillonarios.
Tras enriquecerse hasta la centésima generación durante el gobierno de Ivonne Ortega Pacheo (2007-2012), Francisco Torres Rivas, ex presidente estatal del PRI (2020-2023) se “regaló” en Morena, el partido del presidente López Obrador donde han encontrado refugio muchos corruptos personajes que buscan la “purificación” con tanto solo el salto de un partido a otro.
Como si fuese un borrón y cuenta nueva, “Panchairo”, como ya lo conocen por traicionar a su partido y entregarse a Morena, pretende que se olvide su oscuro paso por la administración pública, cuando en lugar de servir a la gente, se sirvió con el cucharón más grande gracias a su cargo de secretario de Obras Públicas en el sexenio Ivonista, donde no sólo hacía negocios al amparo del poder y cobraba los consabidos “moches”, sino que también tenía a mano información privilegiada sobre futuros desarrollos.
Aprovechando esta información se dedicó a adquirir tierras que hoy son filones de oro. Por investigaciones periodísticas se sabe que en copropiedad con otros funcionarios ivonistas, entre ellos el ex consejero jurídico Sergio Cuevas, adquirió tierras en Tetiz, zona que llama la atención de los especuladores por su cercanía con Hunucmá, un polo de desarrollo en pleno crecimiento tras la instalación de una planta de la Cervecería Modelo.
De acuerdo con el Registro Público de la Propiedad, también ha adquirido grandes lotes, bajo el régimen de condominio en Conkal, municipio conurbado a Mérida donde se desarrollan exclusivos fraccionamientos residenciales y privadas para multimillonarios.
La fortuna amasada como funcionario corrupto le ha permitido a Torres Rivas adquirir también casas en Mérida, como una propiedad en la colonia Yucatán, cerca del estadio Salvador Alvarado.
Convertido en acaudalado terrateniente, no dudó en darle la espalda al PRI incluso desde que era el presidente estatal. En los últimos meses de su “gestión”, además de abandonar el partido por sus borracheras cotidianas, se dedicó a coquetear con Morena, incluso le hizo un tour de cantinas a René Bejarano, el “Señor de las Ligas” y la viva imagen de la corrupción de la 4T.
La ingesta diaria de alcohol le ha dañado tanto las neuronas a “Panchairo” que incluso siendo presidente del PRI en Yucatán se puso del lado de Morena cuando el partido de AMLO arremetió contra Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, presidente nacional del PRI.
Tras la conclusión de su periodo como presidente estatal del PRI, cargo al que llegó bajo cuestionado proceso, no dudó en lanzarse a los brazos de Morena, su nuevo vicio y su nueva llave para seguir enriqueciéndose al amparo del poder.
Es una lástima que partidos como Morena, que buscan inflarse a toda costa, no pongan un filtro para impedir la llegada de personajes como Torres Rivas, a quien el karma le llega de manera instantánea pues por cada peso que se enriquece ilícitamente, la vida se lo cobraba embriagándolo y destruyéndole cada celula de su hígado y de sus entrañas.
Es como una condena mitológica por hacerle tanto daño a los yucatecos, pues las millonadas que hoy disfruta “Panchito”, en un gobierno justo hubieran servido para educar y sacar de la pobreza a miles de niños yucatecos que vieron truncado su anhelo de bienestar.
No mentir, no robar y no traicionar repiten como mantra los morenistas. Muera la corrupción, muera la avaricia, gritó López Obrador… y hasta hoy nos preguntamos como la mitad de su partido no cayó fulminado… incluyendo a “Panchairo”