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SOBORNO A ALCALDE DE SOTUTA: 4 MDP
El alcalde Gerardo Cuxim Alfaro y la Secretaría de Desarrollo Sustentable, a cargo de Sayda Rodríguez, otorgaron los permisos de construcción en una zona donde no debieron de hacerlo por el peligro que representa
Estará ubica a menos de 20 metros de una vivienda y comparte pared con el Palacio Municipal. La ley establece que no se debería de construir una gasolinera a menos de 50 metros de un predio particular y a menos de 150 metros de un edificio público
Redacción/Sol Yucatán
Vecinos de Sotuta denunciaron una presunta red de corrupción en la que estarían involucrados el alcalde del municipio de Sotuta, así como funcionarios de dependencias estatales y federales, sobre la anuencia y los estudios de impacto ambiental para la construcción de una gasolinera en el centro de la comunidad. La edificación del negocio, que sólo beneficiaría al empresario gasolinero, pondría en riesgo a la comunidad.
Esto debido a que se encuentra en el corazón del municipio, y si a esto le agregamos que en la localidad no existen servicios de emergencia, debido a la poca o nula capacitación de la policía municipal para atender alguna eventualidad, en especial incendios de grandes proporciones, esto es más grave.
La base más cercana de la policía se ubica a unos 50 kilómetros, ya sea en Mérida o Izamal.
Los propios habitantes de la comunidad han iniciado una lucha para intentar revertir la situación, sin embargo, se han topado con pared, ya que en ningún lado les hacen caso.
Los inconformes aseguraron que la empresa habría otorgado un “moche” de 4 millones de pesos al alcalde Gerardo Cuxim Alfaro, de extracción del Partido Verde Ecologista de México, para que diera la anuencia y los permisos de construcción.
Explicaron que, contrario a sus otras actividades donde el edil publicita todo lo que hace, nunca dio a conocer la construcción de la gasolinera, ni mucho menos hubo una consulta entre la población para preguntar si querían la edificación de ese negocio.
“Es más que evidente que hubo corrupción”, aseguró una fuente a Sol Yucatán.
Acudieron a la PROFEPA, donde esperan que les den una respuesta favorable.
Aseguraron que entre la población hay un pacto de no consumir combustible en el establecimiento, ya que ellos no quieren una gasolinera en el centro, ya que es un grave peligro.
“La hubieran construido a las fueras como se hace en casi todos los municipios pequeños”, indicaron.
El otorgamiento del permiso a todas luces está al margen de la ley energética, debido a que estos negocios son considerados de riesgo, al manejar productos altamente flamables, es decir, combustibles y el tráfico de vehículos tanto internos como externos que representa, es decir, pipas que abastecen y clientes, respectivamente.
Las propia Ley establece que en la medida de posible estos negocios deberían de construirse a las afueras de la población y en una zona de poca densidad poblacional.
Sin embargo, si establece que se pueden construir en zonas habitacionales, siempre y cuando se cumplan con normativas.
De las más importantes está que estos negocios no se pueden construir a menos de 50 metros de una casa habitación debido a los gases propios del material que se maneja.
Asimismo, este tipo de establecimientos no puede estar a menos de 150 metros de un edificio público, debido a la cantidad de gente que acude a ellos.
En este caso, ninguno de estos requisitos se cumplió, debido a que la estación de servicios se construye a menos de 20 metros de la casa más cercana.
La construcción colinda con la pared del Palacio Municipal de ese municipio y a unos 10 metros de la oficina de Protección Civil Municipal.
Aun con estas graves anomalías, el Ayuntamiento, así como la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno Estatal, encabezada por Sayda Rodríguez, otorgaron los permisos respectivos para la edificación de la gasolinera en un lugar donde no se debió de haber otorgado los permisos ante en riesgo que representa para la vida y la comunidad.
En la población, además del temor por un accidente de grandes proporciones, incrementará el peligro para los peatones y conductores debido a que el tránsito vehicular de vehículos pesados y ligeros se incrementará.
De acuerdo con los propios vecinos la obra lleva cerca del 70 por ciento de avance y está programada para que se inaugure en el mes de diciembre.
Uno de los vecinos dijo a Sol Yucatán, que el alcalde y regidores, siempre ocultaron la obra y en reiteradas ocasiones decían, que se estaba construyendo una tienda de conveniencia.
“Nos dimos cuenta cuando colocaron el letrero de PEMEX y fue en ese momento cuando, ya no lo pudieron negar y comenzó la lucha”.
“En lugar de una gasolinera, necesitamos mejores servicios de salud, bacheo, parques y que la Policía Municipal combata a los clandestinos y los lugares donde se vende droga”, indicó la fuente.