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SINANCHÉ: PUEBLO DE MIGRANTES

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Guillermo Medina / Sol Yucatán.

En el municipio de Sinanché escasean las oportunidades de trabajo para los habitantes que viven en el lugar. La mayoría de los habitantes tienen que migrar del municipio para conseguir un empleo que les permita tener una fuente de empleo para sostener a sus familias.

Gran parte de los habitantes se han dedicado a la albañilería desde temprana edad y con el tiempo han logrado dominar este oficio que es uno de los que genera mejores ingresos ya que la demanda del servicio ha aumentado en la localidad, aunque cuando esta disminuye, los alarifes van a buscar obra en municipios cercanos.

El trabajo suele escasear por largos tiempos de tiempo en Sinanché, por lo que los albañiles buscan otras actividades para generar ingresos. La alternativa de trabajar en otros municipios no siempre suele ser redituable para ellos, ya que tienen que considerar los gastos de transporte y combustible.

De igual forma, muchos habitantes suelen dedicarse a la pesca durante la temporada alta del pulpo. La captura del molusco comienza desde el primero de agosto, por lo que muchos emigran a los puertos cercanos sobre todo en ese mes. Cuando comienza la veda del octópodo y si continúa la falta de trabajo, los alarifes aprovechan la temporada de la pesca de escama.

Existen familias en el municipio que se dedican únicamente a la pesca durante todo el año. Sin embargo, también se ven afectadas por la crisis que ha vivido este sector, por escases del producto, la pesca furtiva y la competencia entre pescadores, que suele incrementar sobre todo en el mes de agosto. El principal puerto, en donde se dedican a la pesca los habitantes de Sinanché es San Crisanto

Un último recurso al que las personas acuden es al ejido, mayormente se trata de personas de avanzada edad. Los habitantes que se dedican al campo son los que más suelen padecer de la falta de oportunidades, ya que este oficio se va pasando entre familias, por lo que conseguir trabajo en ejido es muy difícil, puesto que los ejidatarios ganan lo suficiente para reinvertir sus ganancias para el ejido. La mayoría de los campesinos viven sólo de lo que les ofrece la tierra, por lo que la cosecha es esencial para seguir prosperando. Hay que tomar en cuenta que las nuevas generaciones no se interesan en el campo, por lo que son pocos los jóvenes que se interesan por seguir el legado de los agricultores. Los herederos de las tierras optan por venderlas o traspasarlas para no trabajarlas

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