Mérida
Privadas del norte de Mérida
Gentrificación, discriminación y desplazamiento
*Del 2018 a 2023, el Ayuntamiento de Mérida recaudó 216 millones 872 mil 593 pesos con 90 centavos con las licencias de construcción. En ese mismo periodo de tiempo otorgó un total de 1 mil 185 licencias de construcción a inmobiliarias públicas y privadas.
*“Nos ponen el predial caro y no se puede comparar el nivel económico de los que viven en las privadas al de uno. Uno se queja y nos dicen que veamos donde vivimos, pero no es nuestra culpa, nosotros ya vivíamos aquí antes que los de esas privadas”.
*Otra de las vecinas – una mujer adulta mayor – reprochó que la vida se encareció para todos sus habitantes. El impuesto predial de su casa aumentó a 12 mil pesos. Ya no puede pagarlo.
Por Claudia V. Arriaga Durán
“Nos ponen el predial caro y no se puede comparar el nivel económico de los que viven en las privadas al de uno. Uno se queja y nos dicen que veamos donde vivimos, pero no es nuestra culpa, nosotros ya vivíamos aquí antes que los de esas privadas”, expuso Luis Uribe, quien nació y aún vive en la comisaría de Temozón Norte en Mérida, Yucatán.
Otra de sus vecinas – una mujer adulta mayor – reprochó que la vida se encareció para todos sus habitantes. El impuesto predial de su casa aumentó a 12 mil pesos. Ya no puede pagarlo.
El tráfico en las calles también representa un problema. Cada día hay más vehículos que ocasionan congestionamiento vial y en voz de sus habitantes trastocó su paz y tranquilidad. En esta comisaría se estima que al menos hay 13 privadas tipo residencial.
En medio de la transformación del paisaje urbano en estas pequeñas localidades fuera de Mérida ocurren varios fenómenos sociales como la gentrificación. Dicho de otra forma, las personas con más alta capacidad económica se apropian de espacios que habitan personas con menor nivel adquisitivo.
El uso del recurso público en función de aquellos nuevos pobladores, que tienen más dinero es una más de las consecuencias, explicó la antropóloga social con maestría en género del Colegio de México, Penélope Castillo Acal.
“La alteración del paisaje de la comisaría cambia para ajustarse a los deseos de las personas que llegaron a vivir con poder adquisitivo altos. Toda la inversión pública es en función de estos pobladores, a veces sin consultar a los habitantes originarios porque tienen menos ingresos menores. Otra cosa es la elevación del costo de los servicios, hablamos del aumento del predial en este caso”, explicó.
Coincide con la percepción de Luis, que está seguro que las mejores de la comisaría es porque debe lucir mejor para quienes viven en las privadas residenciales.
Millones de pesos recaudados por licencias de construcción en Mérida
Del 2018 a 2023, el Ayuntamiento de Mérida recaudó 216 millones 872 mil 593 pesos con 90 centavos con las licencias de construcción. En ese mismo periodo de tiempo otorgó un total de 1 mil 185 licencias de construcción a inmobiliarias públicas y privadas. En la lista hay desarrollos habitacionales considerados de alta plusvalía ubicados en las comisarías de la capital yucateca.
En los últimos cinco años, el 2023 fue cuando ingresó más dinero al municipio de Mérida por este concepto. El total fue de 49 millones 726 mil 563 pesos con 95 centavos, pero se desconoce cuántas licencias de construcción otorgaron porque la información no está actualizada en el sitio de transparencia.
En 2022 la cantidad fue de 38 millones 957 mil 121 pesos con 94 centavos y se autorizaron 21 licencias de construcción. Entre 2018 y 2022, en cuatro años, es 2021 en el que se dieron más permisos para la construcción con 891. Le sigue el 2018 con 262. La información se obtuvo en el sitio web del Ayuntamiento de Mérida.
Komchen: habitantes de las comisarías son desplazados de los espacios públicos
Martha Tuyib tiene 67 años y desde hace 37 años vende frutas y flores de temporada en el parque principal de la comisaría de Komchen. Se siente desplazada de su lugar de origen, ya que en dos ocasiones la intentaron sacar a la fuerza de su puesto de trabajo. Se gana la vida entre huacales y su triciclo.
La última vez la comisaria municipal llegó con policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la intentó desalojar porque supuestamente estorbaba el paso del Va y Ven.
“Me pasé aquí dentro del parque en la tierra porque empezó Me querían sacar del parque
Cuando entró él Va y Ven vino la comisaría con el antimotín, me querían sacar, no vino solo ella para decirme que me cambie de lugar, me querían sacar así a la fuerza. Entonces, mejor me quedé aquí en el pastito, pero me perjudica para subir mi triciclo porque pesa”, dijo con tristeza Martha.
En esta zona se encuentran las zonas residenciales privadas La Rejoyada, La Ceiba y Nortemérida, esta última es la más reciente, es un desarrollo inmobiliario que ofrece lotes desde 2 millones 700 mil pesos. Entre sus amenidades promociona canchas de tennis, básquet, fútbol 7, piscina, gimnasio, restaurantes, capilla, entre otros.
Aunque las y los habitantes de Komchen no disfrutan de ninguna de estas llamadas amenidades sí sufren efectos colaterales, al igual que las demás comisarías del norte de Mérida. Comparten el aumento en el recibo de energía eléctrica y en el impuesto predial.
Martha y su esposo, de oficio obrero, no pueden pagar el impuesto predial que es de 5 mil pesos. Apenas tienen para sobrevivir y el de energía eléctrica lo pagan a duras penas.
“El predial subió bastante por eso no hemos podido pagar, es mucho. Se alteró mucho, preguntó y le dijeron que 5 mil pesos, es mucho. Queremos ver si juntamos un poco de centavos para ver si podemos pagar la mitad. Antes pagábamos como 200 o 300 pesos.
La luz aumentó bastante también, pagamos como mil pesos ahora”, dijo con preocupación.
En esta comisaría hay aproximadamente 17 privadas de tipo residencial.
Xcanatún, habitantes se sienten discriminados
En la comisaría Xcanatún al norte de Mérida, hay apenas tres privadas, una se ajusta a la nueva tendencia llamada “Townhouse” y la hacienda del lugar actualmente, funciona como un hotel.
Aunque a diferencia de otras comisarías no hay tantas zonas residenciales, sí hay casas de alta plusvalía en las que los pobladores originarios trabajan como servicio de limpieza, jardinería, veladores, etc.
Es el caso de José, quien nació en Sotuta, pero abandonó el campo hace 20 años para trabajar en la comisaría. Inició haciendo múltiples cosas, deshierbar, lavar, cuidar casas, construcciones, solo por nombrar algunas. En esos años vivió discriminación, pero se aguantaba para poder ganarse la vida.
“En mi caso por decir así piensas que tienes que quedarte ahí porque necesitas el dinero. Te pones a discutir o pides que no te hagan algo te toman como que eres un contestón, un grosero. Se aprovechan de uno y te ponen hacer más cosas por el mismo pago porque saben que lo necesitas”, relató.