Mérida
NEGOCIOS TURBIOS EN LA UADY
*Estudiantes de los últimos grados denuncian que el director de la Facultad de Ondontología, Rubén Armando Cárdenas Erosa y su hijo, quien es catedrático en la casa de estudios, están haciendo negocios de manera ilegal
*Los obligan a adquirir material quirúrgico en un laboratorio que es propiedad del hijo del director. La compra de material en obligatoria en ese lugar y no permiten que lleven su propio material o que lo adquieran con otro proveedor, de lo contrario habrá represalias
*Los obligan a adquirir instrumentos y herramientas específicos de alta gama, con un costo considerablemente superior al promedio, pero todos los alumnos cuentan con herramientas similares y completamente funcionales que fueron solicitadas hace dos años
Redacción / Sol Yucatán
Alumnos de la facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) denunciaron presuntos actos de corrupción y conflicto de interés al interior del centro educativo.
Por medio de un comunicado los estudiantes de los últimos grados, dijeron que el director Rubén Armando Cárdenas Erosa, junto con su hijo, quien es catedrático en la casa de estudios están haciendo negocios de manera ilegal.
Explicaron que obligan a los alumnos a adquirir material quirúrgico en un laboratorio que es propiedad del hijo del director.
Aseguraron que la compra de material en obligatoria en ese lugar y no permiten que lleven su propio material o que lo adquieran con otro proveedor.
Por medio de un aviso a la comunidad universitaria se les informó que tienen hasta el día 28 de este mes para adquirir el material, de no hacerlo no podrán ingresar a las prácticas clínicas que son fundamentales para su preparación académica.
En caso de reunir los créditos suficientes no habría manera de pasar la materia porque repercutirá en sus calificaciones.
“En los últimos meses hemos sido testigos de una serie de acontecimientos que consideramos graves y que afectan no solo a los estudiantes, sino también a la integridad de nuestra comunidad educativa. Esta carta tiene como finalidad exponer estos problemas en busca de apoyo y visibilidad para que juntos podamos alzar la voz y abordar esta injusticia”, indicaron.
Explicaron que uno de los principales problemas a los que se enfrentan es la imposición de adquirir instrumentos y herramientas específicos de alta gama, con un costo considerablemente superior al promedio.
Esta situación se agrava por el hecho de que todos los alumnos cuentan con herramientas similares y completamente funcionales que fueron solicitadas hace dos años.
“Lo más preocupante es que se nos ha amenazado con consecuencias académicas graves si no cumplimos con la compra exacta de estos instrumentos, se nos ha comunicado de manera explícita que, si no cumplimos con la adquisición de los instrumentos y materiales específicos que se nos exigen, se nos negará el acceso a las prácticas clínicas y por ende, a la oportunidad de atender a los pacientes.”.
“Esta nueva regla nos coloca en una posición extremadamente delicada, donde nuestro derecho a una educación justa y equitativa se ve amenazado por la imposición de costosos materiales”.
Explicaron que tan sólo una lámpara tiene un valor de 4 mil pesos, la cual sólo se puede obtener a través del hijo del director de la facultad quién también es docente de la misma escuela, ya que es quién tiene el contacto directo con el único proveedor de México.
“Es importante mencionar que todos estos instrumentos que se nos están obligando a comprar tenemos que adquirirlos en un tiempo menor a un mes, ya que la fecha límite es el día 28 de septiembre del año en curso”.
Aseguraron que en primera instancia intentaron resolver el problema con los directivos de la institución, sin embargo, no obtuvieron respuesta y fueron ignorados.
“No se nos brindó una respuesta adecuada, y lo único que obtuvimos fue la amenaza de que los profesores también sufrirían las consecuencias si no cumplían con las órdenes de la administración. Esta situación no solo afecta a los estudiantes, sino que también pone en una posición complicada a nuestros propios profesores”.
Aseguraron que revisaron el reglamento de la UADY y de la propia Facultad, y no encontraron justificación alguna para estas acciones.
Ante esta situación consideraron que se está generando violencia, al forzarlos a gastar una cantidad significativa de dinero en instrumentos innecesarios, mientras que la infraestructura de la escuela sigue en condiciones precarias.
“Nuestra intención es visibilizar el problema, frenar la injusticia y denunciar lo que está ocurriendo en la facultad. “Queremos que la comunidad educativa, Rectoría y la sociedad en general conozcan estas injusticias y que se tomen medidas para abordarlas adecuadamente, así como también que les proteja de seguir recibiendo amenazas por parte de la administración.