Opinión
Más leña al fuego a una “izquierda fracturada”
Por Alejandro Ruz
Como si se tratara de beneficiar a la oposición, que aún no sabe ser oposición, algunas declaraciones, así como ciertas acciones, parecen evidenciar un cisma al interior de Morena y entre sus precandidatos, que buscan ser postulados para la presidencia del país.
De eso da cuenta el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, al adelantar que se incrementará más la tensión entre los equipos de los aspirantes presidenciales rumbo al 2024.
Con sus declaraciones al periódico Reforma le dio mayores esperanzas a la oposición, que a través de sus alianzas pretende recuperar lo perdido en las pasadas elecciones presidenciales.
Y Mario Delgado habló de una “guerra sucia” al interior del partido guinda, como si quisiera desarticular al Movimiento de Regeneración Nacional al revelar “secretos de partido”.
Luego de que el canciller Marcelo Ebrard, en su desesperación, exigió poner reglas claras y elementales para no seguir viviendo la “ley de la selva”, Mario Delgado le echó más “leña al fuego” al pedirle a las corcholatas guindas que demuestren que son capaces de gobernar, empezando por disciplinar a sus simpatizantes.
Además, arremetió contra los seguidores de cada uno de los precandidatos al decir que “los equipos, por quedar bien con sus jefes, con su jefa (en alusión a Claudia Sheinbaum Pardo), hacen cosas inapropiadas o imprudentes”.
Al efecto, le declaró a la periodista Érika Hernández que las reglas de Morena son claras y que los equipos de los aspirantes en algunas veces han actuado sin principios.
“Más que falta de reglas debe haber un llamado de las corcholatas a sus equipos a que haya respeto, a que se conduzcan con fraternidad, a que no ataquen. No es falta de reglas, sino falta de principios y orientación política de algunos que integran los equipos de las corcholatas”, dijo.
Por su parte, Marcelo Ebrard Casaubón se reunió con un adversario de la 4T y de Andrés Manuel López Obrador, Joaquín López Dóriga, a quien le declaró que se ve en Morena y que su convicción es protestar como presidente de México el 1 de octubre de 2024.
Y aunque negó verse representado a otros partidos, la realidad es que sus palabras podrían interpretarse como una amenaza de que si no resulta el “ungido” cambiaría de color.
Aun cuando es normal que en campaña se hagan alianzas, incluso con el “enemigo”, el propio Andrés Manuel podría interpretar cualquier acción, incluso las declaraciones del Canciller a JLD como una traición a la 4T.
Y es que para nadie es desconocida la fricción de Marcelo Ebrard Casaubón con la también aspirante Claudia Sheinbaum Pardo, quien encabeza las preferencias en varias encuestas.
Esto luego que hace meses la Dra. Claudia Sheinbaum dijo en un programa transmitido en Milenio Televisión, ante la pregunta de si se ve como presidenta y sucesora de Andrés Manuel, respondió afirmativamente e invitó a su eventual gabinete a Marcelo Ebrard y al actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
La respuesta del Canciller no tardó en llegar y dijo:
“Yo creo que nos hace falta un poquito de humildad, la gente todavía no vota, esperemos a que la gente decida y veamos qué sucede, pero le agradezco el gesto de ternura, de amistad”.
“Yo le agradezco, qué tierna, ¿no?, pero bueno, yo lo que diría es que a mí me encantaría que estuviera también, por ejemplo”.
¿Acaso esto no es evidencia de una ruptura o, al menos, una rispidez?