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LOS NIÑOS DE HOSPITAL DE GAZA

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Se habla del salvajismo de Hamás, pero ¿no acaso no es un acto de barbarie ordenar la evacuación de los recién nacidos que se encuentran en incubadoras en el hospital Al-Shifa, situado al norte de Gaza? Israel está cometiendo crímenes de guerra con el apoyo de EEUU y la UE.

Occidente abrió sus brazos a los refugiados ucranianos, pero ahora abandona a su suerte a dos millones de palestinos. Los países occidentales alardean de ser democracias civilizadas, pero EEUU es el único país que ha arrojado dos bombas atómicas y el corazón de Europa surgió Auschwitz. La UE nació como un proyecto democrático y solidario, pero apenas moviliza recursos para salvar a los inmigrantes que mueren ahogados en el Mediterráneo. Europa no es un simple testigo de esta tragedia, sino el principal responsable del sufrimiento de África y Oriente Medio. Su política colonial destruyó esas regiones y hoy en día sigue saqueando sus recursos mediante sus grandes empresas

La violencia de Hamás es injustificable y odiosa, pero no surge de la nada. El pueblo palestino es víctima de una agresión colonial que comenzó en 1948 y se ha extendido hasta nuestros días. En el siglo XIX, Palestina albergaba un 85% de población musulmana, un 11% cristiana y menos de un 5% judía. No era un tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra. Solo hay que contemplar los mapas para comprobar cómo el pueblo palestino ha sufrido una intolerable merma de su territorio.

Israel no es una impecable democracia, sino un Estado colonial y militarista que durante la Guerra Fría reclutó para sus servicios secretos a antiguos nazis como Otto Skorzeny y Walter Rauff (inventor de la cámara de gas móvil). Además, ha colaborado con la dictadura de Pinochet, los paramilitares colombianos, los escuadrones de la muerte de El Salvador y Guatemala, y la Sudáfrica del apartheid. En Israel, se han legalizado la tortura (a la que se llamó eufemísticamente “presión moderada”),
las detenciones arbitrarias sin cargos ni juicios que pueden prolongarse indefinidamente y las ejecuciones extrajudiciales (los soldados disparan a matar contra civiles armados con banderas, pancartas y piedras).

Se suele decir que la lucha contra Hamás es una pugna entre civilización y barbarie, pero yo solo veo barbarie en los dos lados. Los niños que morirán en las incubadores del hospital Al-Shifa despejan cualquier duda sobre este falso dilema.

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