Ciencia
La Vida Majestuosa De La Eterna Primera Dama De Estados Unidos, Jacqueline Kennedy Onassis
John F. Kennedy es considerado uno de los presidentes más famosos en la historia de los Estados Unidos. Pero cuando se trata de popularidad, es inevitable mencionar a su esposa, la siempre hermosa Jacqueline Kennedy Onassis. Desde el momento en que vio la luz de este mundo por primera vez, durante la fructífera carrera que llevó adelante en el mandato político de su esposo, y hasta incluso después de la trágica muerte de JFK, Jackie Kennedy merece ser nombrada como la Eterna Primera Dama de Estados Unidos.
La niña rica de Southampton, Nueva York, tuvo una educación muy privilegiada. Aunque llevó una vida llena de estilo y grandeza, también le mostró a la gente que podía realizar el trabajo que se esperaba de una Primera Dama, y más. Jackie pasaba su tiempo en la Casa Blanca trabajando, influyendo en el arte, la cultura e incluso la moda. También manejó la política internacional con un nivel de gracia y confianza incomparables. Pero si bien hay casi innumerables artículos e información sobre la vida de esta extraordinaria mujer, todavía hay algunos secretos que se mantuvieron ocultos durante todo este tiempo. ¿Cómo lidió con la relación de su esposo con Marilyn Monroe? ¿Cómo salvó su matrimonio con el presidente? ¿Cómo saludó a la reina de Inglaterra cuando se conocieron? Ahora, ha salido a la luz nueva evidencia biográfica que puede responder a estas preguntas sobre la vida secreta de Jacqueline Kennedy Onassis.
Empecemos Por El Principio
La futura Primera Dama nació bajo el nombre de Jacqueline Lee Bouvier, el 28 de julio de 1929 en Southampton, Nueva York. Su padre, John Vernou Bouvier III, era un acaudalado corredor de bolsa de Wall Street, mientras que su madre, Janet Norton Lee Bouvier, era una socialité. Debido al hábito de su padre al juego, lo llamaban “Black Jack”. Jackie fue nombrada así en honor a él, quien era un jugador compulsivo, mujeriego y borracho.
Sin embargo, a demás de ser conocido por su “corazón oscuro”, el padre de Jackie era parte de una familia de la alta de la sociedad. A pesar de tener orígenes humildes, a lo largo de los años, la familia había adquirido una riqueza enorme. Con el deseo de integrarse en el mundo de los grandes y poderosos, recurrieron a documentos falsos con la esperanza de establecer vínculos ancestrales con la realeza europea. Aunque fue un intento desesperado, el concepto de tener un título nobiliario había marcado la infancia de Jackie de una manera muy significativa.
Una Niña Privilegiada
A pesar de la mala reputación de su padre, Jackie lo idolatraba mientras crecía. Quizás como una forma de compensar sus faltas como padre, John respondía a la admiración de su hija llenándola de elogios y muchas otras cosas materiales. No es ningún secreto que Jackie se crió en el seno de la élite estadounidense.
A una edad temprana, Jackie mostró tener una confianza asombrosa y ser muy competitiva a través de la equitación. Participó en múltiples competencias y fue la ganadora en la mayoría de ellas. Además de su fuerza física, la futura Primera Dama asombraba a la gente que la rodeaba al dominar el idioma francés cuando era tan solo una niña. Del primer al sexto grado, Jackie curso su educación primaria en Chapin School, una de las escuelas para niñas más prestigiosas de Manhattan en ese momento. Algunos de sus compañeros de escuela fueron Ivanka Trump y la Reina Noor de Jordania. ¿Podrías creer que la siempre delicada y elegante Jackie había sido descrita una vez por sus maestros como “una niña encantadora, la niña más bonita, muy inteligente, muy artística y llena de demonios”?
Estudios Universitarios
Jackie nunca tuvo problemas para estar entre los mejores de su clase durante la escuela media y secundaria, gracias a su actitud valiente. Sus compañeros y profesores la recordaban no solo por ser intrépida, sino también por su ingenio, sus increíbles logros y, tal vez, por su falta de voluntad para convertirse en ama de casa. Asistió a la Universidad de Grenoble, en Francia, y luego fue a la prestigiosa Sorbona, en París.
El romance floreció en París, cuando conoció a John P. Marquand Jr., hijo del famoso novelista John P. Marquand. La relación de la pareja fue intensa y juntos disfrutaron del vibrante estilo de vida de la ciudad. Sin embargo, cuando la madre de Jackie se enteró de la relación, rápidamente la desaprobó. Para ella, de la alta sociedad, los escritores eran tan pobres como los vagabundos, y quería que Jackie se casara con un hombre rico.
Llega a Vogue
Jackie regresó a casa después de pasar un año en Francia. En los Estados Unidos, se inscribió en una licenciatura en literatura francesa y se graduó en 1951. Solicitó el puesto de editora junior en la revista Vogue y obtuvo el trabajo, superando a varios cientos de mujeres en el proceso. La joven feroz e independiente estaba en camino de hacerse un nombre en el mundo del periodismo.
Sin embargo, cuando la enviaron a las oficinas de Vogue en Nueva York, su editor en jefe le sugirió que dejara su trabajo y se fuera a Washington. Jackie ya tenía 22 años en ese momento, una edad que se consideraba un poco mayor para seguir estando soltera. Fue una sorpresa que la decidida Jackie siguiera el consejo.
Un Trabajo Más Desafiante
Jackie trabajaba como recepcionista a tiempo parcial en el Washington Times-Herald, un periódico local en Washington DC. Pero siempre dispuesta a salir de su zona de confort y aprender cosas nuevas, pronto se aburrió del trabajo y le solicitó a su editor, Frank Waldrop, un trabajo más desafiante; aunque al principio se mostró bastante reacia a la propuesta que recibió.
A Jackie Kennedy se le proporcionó una cámara. Su trabajo consistía en encontrar hombres ingeniosos en la calle y realizar entrevistas. Este trabajo le abrió la puerta para conectarse con personas más conocidas, incluida Tricia, la hija del vicepresidente Nixon. En Washington D.C, Jackie pudo establecer su carrera como periodista de confianza de personas de la alta sociedad. En este círculo social, conoció al apuesto John Fitzgerald Kennedy.
Un Nuevo Amor
Al pertenecer al mismo entorno social, Jackie Lee Bouvier y John F. Kennedy parecían hechos el uno para el otro. Tenían muchas similitudes, ambos eran jóvenes y atractivos, ambos tenían antecedentes internacionales y se criaron como católicos; también compartían el mismo interés por la redacción periodística. Pero lo más importante era que ambos estaban solteros.
A pesar de ser el “hombre perfecto”, Jackie no estaba dispuesta a tener una relación con John al principio. El ex oficial naval la invitó a salir y navegaron juntos en un yate. El diario de Jackie reveló lo que sentía por él; allí escribió que JFK tenía un cuerpo gracioso, flaco, con patas de escarbadientes. Pero las citas románticas continuaron, y pronto, John se ganó el corazón de la hermosa y distante Jackie.
Cubriendo La Coronación De La Reina
A pesar de tener un hombre en su vida a quién adoraba, el primer amor de Jackie siempre sería su carrera como reportera. En 1953, J.F. Kennedy decidió postularse para el Senado. Poco después de las elecciones de noviembre, le propuso matrimonio a su amada Jackie. Nueve de cada diez mujeres del planeta le dirían que sí en un instante al apuesto Kennedy, pero Jackie era diferente. Durante un tiempo, dejó a Kennedy colgado y voló a Europa: debía cubrir la coronación de la reina Isabel II para el Time-Herald.
Jackie tenía sus dudas sobre si casarse o no con Kennedy. Aunque parecían ser una pareja ideal, John le recordaba a su propio padre: ambos eran ávidos mujeriegos. La debilidad de Kennedy no era un secreto para sus padres y decidieron hablar con Jackie antes que sea demasiado tarde.
El Consejo De Su Futura Suegra
Rose Kennedy conocía demasiado bien a sus hijos, y se había acostumbrado a vivir con su marido infiel desde hacía mucho tiempo. Sabía que los chicos de la familia eran propensos a ser infieles. A lo largo de los años, Rose había tenido muchas conversaciones con todas sus nueras. Ella les aconsejó que la mejor manera de lidiar con un marido mujeriego es aceptar la situación e ignorarla, por completo.
Esta conversación de corazón a corazón entre Rose y Jackie pareció hacer mella en la joven. Al regresar a casa desde Europa, le dio finalmente el sí a John.
Una Boda Soñada
Teniendo ambos familias con grandes riquezas, la boda de Jackie y John fue, como era de esperar, una de las ceremonias más importantes en Estados Unidos en ese momento. Se casaron en la iglesia de St. Mary en Newport, Rhode Island, el 12 de septiembre de 1953, acompañados por 700 invitados. Otras 800 personas pertenecientes a la clase alta también estuvieron presentes en la recepción.
Además de ocupar un puesto importante en la Iglesia católica, Rose Kennedy había sido nombrada condesa papal por el Papa Pío XII. La unión fue bendecida no solo por Richard Cushing, el arzobispo de Boston, sino también por el mismísimo líder de la Iglesia Católica. Sin embargo, a pesar de que llovieron bendiciones el día de su boda, Jackie y John pronto sufrirían tragedias juntos como pareja.
Una Serie De Desgracias y Tragedias
Después de la boda, a Jackie le tomó dos años quedar embarazada. Sin embargo, la tan esperada bendición para la pareja terminó en tragedia cuando Jackie tuvo un aborto espontáneo en 1955. El segundo embarazo, en 1956, resultó en un mortinato, lo que rompió el corazón de la pareja una vez más. Lo que empeoró todo para Jackie, fue la batalla de su marido por su salud. La seguidilla de tragedias le ocasionaron a Jackie una fuerte depresión.
Sin embargo, Jackie pudo recuperarse cuando Kennedy decidió postularse nuevamente para el Senado, en noviembre de 1957. Jackie tuvo que ayudarlo con su campaña y eso le devolvió el sentido a su vida.
Llega La Primer Princesa De La Familia
Jackie demostró ser un activo en la campaña de JFK para el Senado. Con su habilidad para presentar discursos y conectarse con la gente, el principal asesor político de Kennedy, Kenneth O’Donnell, describió a la multitud como “el doble de grande” cuando Jackie estaba presente. Además de poder mejorar el aspecto profesional de sus vidas, también estaban reparando los personales en el proceso.
Antes de finales de 1957, Jackie le dio el mejor regalo a John: dio a luz a su primera hija, a quien llamaron Caroline. Muchos años después, esa niña, se desempeñaría como embajadora de Estados Unidos en Japón.
Experimenta Una De Sus Peores Pesadillas
A pesar de la llegada de su hija, la infidelidad de John nunca pareció cesar. Jackie aún no había superado por completo sus abortos espontáneos y la infidelidad de su esposo profundizaba su dolor. Una noche, John llegó tarde a casa, evidentemente luego de estar con su amante. La confrontación finalmente llevó a Jackie a decidir que estaba harta de sus caprichos. Estaba tan angustiada que salió corriendo de la casa sin nada más que su camisón.
Aparentemente desesperado e incapaz de manejar la situación, Kennedy llamó a una ambulancia y Jackie fue llevada a la Clínica Psiquiátrica Valleyhead en Carlisle, Massachusetts. Contra su voluntad, soportó tres brutales tratamientos de electrochoque. Incluso se vio obligada a quedarse allí durante una semana. En entrevistas posteriores, admitiría que esos tratamientos de electrochoque fueron lo peor que experimentó en su vida. Después de esto, decidió que era suficiente.
El Divorcio No Era Una Opción
Joseph P. Kennedy, el padre de John, conocía muy bien los sueños de su hijo de convertirse en presidente de los Estados Unidos. La idea de que Jackie se divorciara de él, podría conducir a un escándalo que posiblemente arruinaría sus chances de ganarse el apoyo de la gente. Tenía que hacer algo.
Fue un movimiento desesperado que el suegro sobornara a su nuera por el bien de su hijo. A Jackie le ofrecieron un millón de dólares para que se olvidara del divorcio. El padre obtuvo la respuesta que esperaba. Jackie siguió siendo la esposa de JFK hasta su asesinato en 1963.
La Carrera Por La Presidencia
John F. Kennedy anunció oficialmente que se postularía para la presidencia en 1960. Al igual que en los viejos tiempos, Jackie estaba del lado de su esposo, y era su mayor activo. Sin embargo, no logró acompañarlo en persona en la última parte de su campaña. Estaba embarazada de nuevo. Debido a que Jackie tenía problemas para tener embarazos saludables, tuvo que quedarse en casa y guardar reposo. Sin embargo, aún así, ayudó a su esposo publicando artículos en una columna semanal con el título “Campaign Wife” (Esposa En Campaña). A través de los esfuerzos de JFK por ganarse el corazón de los estadounidenses, Jackie siempre lo apoyo a cada paso.
El Partido Demócrata nombró oficialmente a John F. Kennedy como su candidato para la presidencia el 13 de julio de 1960. El 8 de noviembre de 1960, Kennedy se convirtió en el 35º presidente de los Estados Unidos, después de derrotar a Richard Nixon, el candidato del Partido Republicano.
Los Kennedy Llegan a La Casa Blanca
El 20 de enero de 1961, John, Jackie y Caroline pisaron la Casa Blanca como la primera familia de los Estados Unidos. Poco tiempo después, la pareja se convirtió en la obsesión de los medios. Sucediendo a los tímidos Eisenhowers, la pareja Kennedy, que era joven y fotogénica, y sin dudas mantuvieron ocupada a la prensa. Habían establecido con éxito una imagen fresca y elegante. La poderosa pareja puso la vara muy alta para los futuros presidentes y primeras damas.
Jackie se mantuvo ocupada en la Casa Blanca trabajando en proyectos que llamaban su interés. Dedicó la mayor parte de su tiempo a promover la cultura y las artes. Se acercó a las comunidades de élite y organizó galas y eventos culturales y políticos. Jackie incluso dejó su huella en la Casa Blanca. Su mayor proyecto todavía se puede ver y disfrutar en la Casa Blanca hoy.
Una Restauración De Importancia Histórica
Acostumbrada a su vida en la élite estadounidenses, Jackie esperaba encontrar en la Casa Blanca una residencia bien mantenida. Aunque no esperaba que superara el tipo de vida que podía proveerle su familia, se desilusionó cuando vio que el lugar estaba oscuro y descuidado. Los muebles eran poco estéticos y no tenían ningún significado histórico. Para la Primera Dama aficionada a la historia y una referente del estilo y la elegancia, la situación era inaceptable. No podía tolerar vivir en un lugar así, por eso decidió comenzar uno de sus proyectos más importantes.
Jackie buscó la ayuda de historiadores, diseñadores de interiores y expertos en muebles. Estas personas la ayudaron a localizar piezas de arte y muebles históricos. También pidió el asesoramiento de un comité de bellas artes. Aparte de los interiores, Jackie trabajó incansablemente para rediseñar los jardines también. El proyecto requería un gran presupuesto y había pensado en una forma de financiarlo. Creó un “Catálogo de la Casa Blanca”, el cual se vendió a los ciudadanos estadounidenses. El mismo explicaba la historia y la importancia de restaurar la residencia presidencial para el pueblo. Hasta el día de hoy, el sentido de la historia y el valor cultural de la Primera Dama son una influencia en la decoración de la Casa Blanca.
Se Vuelve Un Ícono De La Moda
Como esposa del presidente, Jackie no podía darse el lujo de salir de la Casa Blanca vestida de manera descuidada. Aunque estaba acostumbrada a ser fina y elegante, ser Primera Dama era otra cosa completamente. Jackie confió en Oleg Cassini, un diseñador de moda franco-estadounidense, quién le hizo una colección especial que usaría en sus apariciones oficiales como Primera Dama de los Estados Unidos. Aparte de su inclinación por los diseños parisinos, también le encargó a sastres estadounidenses que complementaran su impecable guardarropas. Jackie se convirtió instantáneamente en un ícono de la moda no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.
Lo que hizo las cosas difíciles fue la cantidad de dinero que gastaba en su guardarropas. Solo en el primer año como Primera Dama, gastó más de $145,000 en su colección de moda. Su esposo, el presidente, solo ganaba un promedio de $100,000 al año.
Visitas Oficiales a Otros Países
Los políticos viajan mucho y Jackie lo aprovechó al máximo. Ella fue a varios países en visitas oficiales, con o sin el presidente. Sus críticos en ese momento dudaban de su capacidad para llevar a cabo sus reuniones con líderes poderosos de otros países. Sin embargo, Jackie les demostró que estaban equivocados. Con sus habilidades y capacidad para hablar y comprender idiomas extranjeros, pronto fue reconocida como una figura fuerte entre los dignatarios extranjeros.
Uno de los viajes diplomáticos más memorables fue el que realizó a Francia, acompañada de su marido. Antes del viaje, preparó un breve documental sobre los jardines de la Casa Blanca. Todo el cortometraje se realizó en francés. Durante el viaje, Jackie se ganó la admiración y el respeto del pueblo galo con su conocimiento del idioma y la historia del país. La revista Time cubrió todo el viaje e incluso hizo un comentario controvertido, refiriéndose a JFK como el hombre que acompañó a Jacqueline Kennedy a París. Afortunadamente, el presidente no tomó el comentario como una ofensa e incluso aseguró que le gustó. Sin embargo, la destacada actuación de Jackie en tierras internacionales no terminaría ahí.
Se Gana La Simpatía Del Líder Soviético
Continuando con sus viajes diplomáticos, Jackie acompañó a JFK a Austria para reunirse con el primer ministro soviético Nikita Khrushchev. Cuando llegó el momento las fotos, el líder soviético pidió si podía estrechar la mano de la Primera Dama, antes que la del propio Presidente.
El encanto de Jackie contribuyó mucho a la reunión y fue todo un éxito. Jruschov incluso les envió un regalo de agradecimiento, un cachorro que era el hijo de Stella, uno de los perros que habían sido enviados por los rusos al espacio.
La Reina De La Diplomacia Internacional
Durante la presidencia de JFK, Jackie ya había viajado prácticamente por todo el mundo. Había estado en Afganistán, Austria, India, Canadá, Pakistán, Inglaterra, Colombia, Grecia, Marruecos, Turquía, México, Italia y Venezuela.
Aparte del francés, Jackie también hablaba español con fluidez. Debido a que tenía la capacidad de dirigirse al público latinoamericano usando su propio idioma, fácilmente se había ganado su atención y respeto. Pero ese no fue el final de sus labores magistrales en diplomacia internacional.
Su Encuentro Con La Reina Isabel II
Una versión ficticia del encuentro real que sucedió entre Jackie y la reina Isabel II se puede ver en la segunda temporada de la popular serie de Netflix, “The Crown”. La primera escena muestra a la Reina y a la Primera Dama compartiendo un momento íntimo mientras recorren el Palacio de Buckingham.
Sin embargo, en la siguiente escena, Jackie esta de regreso en Estados Unidos y, mientras esta en una cena, asegura que la Reina es solo una mujer de mediana edad que no es inteligente, especial o interesante. El personaje de Jackie incluso dice que el Palacio de Gran Bretaña es un lugar pequeño, y que la decoración es decepcionante. Incluso lo comparó con un hotel provincial de segunda categoría. Cuando la Reina Isabel se entera de los dichos de Jackie, responde: “Bueno, debemos traera de vuelta aquí pronto”. Pero la pregunta es, ¿el intercambio ocurrió en la vida real o fue solo un producto de las mentes creativas de los escritores de la serie?
La Reina y La Primera Dama
Si bien se puede decir que la descripción de los eventos históricos de la serie es ficticia, algunas partes se basaron en hechos reales. La reina Isabel II le dio a Jackie un recorrido privado por el Palacio de Buckingham y parecía que las dos poderosas mujeres se entendían bastante bien. Cuando Jackie mencionó sobre cómo se estaba acostumbrando a ser una figura pública, la respuesta de la Reina fue: “Uno se vuelve astuto después de un tiempo y aprende a salvarse a sí mismo”.
Un año después, Jackie visitó a un familiar en Londres. Cuando la Reina se enteró, la invitó a almorzar. Jackie incluso le dijo a la prensa lo agradecida que se sentía por estar en presencia de la encantadora Reina.
El Memorial De La Reina a JFK
Años después de dicho almuerzo en el Palacio de Buckingham, Jackie volvería a ver a la Reina. Sin embargo, fue durante un momento difícil, cuando su esposo fue asesinado. La Reina quería presentar sus respetos al difunto presidente a través de un Memorial del Reino Unido en Runnymede, Berkshire. Este es el sitio donde se selló la Carta Magna.
Kennedy Memorial Trust
Wikimedia
La reina quedó impactada por la noticia y le dijo a la gente que el dolor tenía una intensidad sin precedentes. En la dedicación del monumento, la Reina reconoció los logros del presidente Kennedy y también remarcó las grandes esperanzas que se habían puesto en él.
Buscando Una Manera De Escapar?
Jackie tenía la confianza y las habilidades para realizar visitas de estado, con o sin su esposo. Siendo la favorita de la prensa, era difícil mantener en secreto que su relación se estaba desmoronando. La brecha entre ellos siguió creciendo con el tiempo, y la prensa veía los viajes de Jackie como una forma de evitar a su marido.
La distancia parecía hacerse cada vez más grande y claramente, su relación estaba en las rocas. Un hecho específico incluso causó un terrible golpe a su unión.
Marilyn Monroe y JFK
Siendo un presidente muy querido, el 19 de mayo de 1962 se llevó a cabo un gran evento de recaudación de fondos para el Partido Demócrata. Fue diez días antes del cumpleaños número 45 de JFK. El evento se realizó en el tercer Madison Square Garden, con la asistencia de más de 15.000 invitados. A pesar de que su esposo era el invitado de honor, la Primera Dama decidió no ir.
Fue ese día que Marilyn Monroe pronunció su célebre canción “Feliz cumpleaños, señor presidente”. Con un vestido ajustado y cantando con su voz más seductora, su sencillo saludo se convirtió en una interpretación icónica. Esto fue terrible para Jackie, ver a su esposo coqueteando con el ícono sexual más grande del mundo, mientras millones de personas miraban y la prensa disfrutaba. Sintió que perdió su dignidad y, una vez más, decidió pedirle el divorcio.
Otra Tragedia Golpea De Nuevo
En 1963, Jackie pasaba la mayor parte de su tiempo en Massachusetts, embarazada y lejos de su esposo. Pero la tragedía volvería a mostrar su peor cara: Jackie dio a luz por cesárea a un bebé prematuro y los médicos descubrieron que los pulmones de su hijo no estaban aún desarrollados. Inmediatamente, el bebé fue trasladado en avión a Boston para recibir tratamiento de emergencia en el Hospital de Niños. Jackie tuvo que permanecer en un hospital de la base de la Fuerza Aérea porque aún no se había recuperado.
El presidente voló de inmediato a Boston para estar con su hijo. Sin embargo, el bebé, a quien llamaron Patrick, falleció unos días después. Desafortunadamente, Jackie no estaba a su lado.
Unidos Por El Dolor
A pesar de tener graves problemas como marido y mujer, Jackie y John en este terrible momento, se entendían. La muerte de su hijo, Patrick Bovier Kennedy, fue un golpe durísimo para ambos. En esos momentos de dolor, la pareja encontraba fortalezas el uno en el otro.
Arthur Schlesinger, un historiador presidencial, escribió en sus artículos que el período de duelo había acercado a la pareja más que nunca. El presidente siempre había tenido por Jackie afecto y orgullo sincero. En aquellos meses de 1963, las personas que rodeaban a la pareja definieron esa época, como la parte más sólida de su relación como marido y mujer. Tal fue la sensación de comprensión, que Jackie olvidó momentáneamente la idea del divorcio.
Una Nueva Oportunidad
Al descubrir lo mucho que todavía se necesitaban, lograron reconciliarse. Jackie accedió a vivir con su marido y, una vez más, decidió acompañarlo en un viaje. El 21 de noviembre de 1963, se dirigieron a Texas, donde se reunirían con los miembros del Partido Demócrata para solidificar la relación de JFK dentro del partido.
La pareja tomó un desayuno rápido en Forth Worth antes de abordar el Air Force One. Aterrizaron en el aeropuerto Love Field de Dallas, donde los esperaban John Connally, el gobernador de Texas, y su esposa. Juntos, se dirigieron al Trade Mart de Dallas en la limusina presidencial. Se esperaba que Kennedy diera un discurso en un almuerzo formal.
El Asesinato Del Presidente
En el segundo día de su viaje a Texas, el 22 de noviembre de 1963, exactamente a las 12:30 pm, el presidente John Fitzgerald Kennedy fue asesinado a tiros. Las balas fueron disparadas por un hombre armado llamado Lee Harvey Oswald. El asesino era un ex soldado de la marina estadounidense.
La repentina muerte del presidente conmocionó al mundo entero. Ese día, los procesos políticos y sociales parecieron detenerse por un momento. Pero para Jackie, la ola de la tragedia parecía arrasar con todo en su vida.
Jackie Quería Que El Mundo Lo Viera
John F. Kennedy recibió un disparo en la cabeza mientras su esposa estaba sentada a su lado. El vestido de Jackie estaba cubierto con la sangre de su marido. A pesar de la conmoción, un agente del Servicio Secreto tuvo la oportunidad de ofrecerle ropa limpia. Sin embargo, la Primera Dama se negó. Ella se mantuvo firme en usar su vestido manchado de sangre. Dijo que quería que el mundo viera lo que le habían hecho a JFK.
Incluso cuando abordó el Air Force One para presenciar la toma de juramento del vicepresidente Lyndon B. Johnson, todavía vestía su ropa manchada de sangre.
La Era Camelot
Según una entrevista realizada por la revista Life, Jackie Kennedy comparó la era presidencial de JFK con Camelot; hizo un paralelismo entre el gobierno de su esposo con el reino del Rey Arturo.
Jackie quería que América recordara siempre que una vez, incluso por un breve momento, hubo una era brillante conocida como Camelot. Para Jackie, volvería a haber grandes presidentes, pero nunca habría otro Camelot.
El Funeral De JFK
A pesar del dolor y la angustia, Jackie se mantuvo fuerte frente a esta crisis. Ella misma dirigió los arreglos del funeral de su esposo. La ceremonia de JFK se inspiró en el servicio de Abraham Lincoln.
La Primera Dama encabezó la procesión a pie e incluso prendió la llama eterna. Por la fortaleza que Jackie había demostrado, Lady Jeanne Campbell, que informaba para The London Evening Standard, escribió: “Jacqueline Kennedy le ha dado al pueblo estadounidense… una cosa que siempre les ha faltado: majestuosidad”.
El Pedido De Jackie
Después del trágico asesinato y el período de dolor y duelo, el presidente Johnson sintió la necesidad de hacer algo bueno por la asombrosa ex Primera Dama. Sabía que Jackie adoraba Francia y le ofreció el papel de embajadora del país, pero Jackie se negó.
El presidente le ofreció otros dos roles; Embajador de México y Reino Unido, pero Jackie también rechazó ambos. Solo quería una cosa: cambiar el nombre del centro espacial de Florida a “Centro espacial John F. Kennedy”. Su solicitud fue concedida una semana después del asesinato de su esposo.
Continúa Su Actividad Política
Jackie había podido llevar a cabo trabajos políticos exitosos sola en el pasado. Tras el asesinato de JFK, permaneció en el mundo de la política. Acompañó al ex embajador británico de Estados Unidos a Camboya y ayudó a establecer y fortalecer las relaciones entre el país asiático y Estados Unidos.
A pesar del enorme trauma causado por el asesinato de su esposo, Jackie se mantuvo fuerte e incluso asistió al funeral de Martin Luther King Jr., en 1960.
El Confidente y Amigo Más Cercano De Jackie
Robert “Bob” Kennedy era el hermano de JFK, y siempre había estado cerca de su cuñada, consolándola en las buenas y en las malas. Bob estuvo allí cuando Jackie tuvo sus abortos espontáneos y nunca se apartó de su lado cuando ella estaba de luto. La prensa incluso inició un rumor de que después de la muerte de JFK, la cercanía se había convertido en algo más.
Cuando los asesores políticos de Robert Kennedy se enteraron de que el presidente Johnson estaba teniendo un mal desempeño en las encuestas, convencieron a Bob de que se postulara para la presidencia. Sin embargo, su única respuesta fue: “Eso depende de lo que Jackie quiera que haga”.
Apoyo Incondicional
Conociendo a Bob y sus capacidades, Jackie le dio todo su apoyo a su candidatura. Estaba segura y optimista de que otro Kennedy se convertiría en presidente de los Estados Unidos.
Jackie nunca esperó que tuviera que lidiar con el dolor insoportable de la pérdida, una vez más, después de la muerte de su esposo.
El Optimismo Dura Poco
Robert Kennedy ganó con éxito el apoyo del Partido Demócrata. El prometedor senador fue elegido como candidato. Sin embargo, el 5 de junio de 1968, pocos minutos después de la celebración, el senador fue asesinado a tiros por Sirhan Sirhan.
Bob fue trasladado de urgencia al hospital para recibir atención de emergencia. Jackie estaba en Manhattan cuando sucedió. Cuando escuchó sobre la tragedia, corrió al hospital de Los Ángeles. Sin embargo, las heridas del senador eran muy graves y falleció 26 horas después de que le dispararan.
Su Segundo Matrimonio
Jackie Kennedy tuvo que soportar otro período de duelo. Lentamente, se retiró del complejo mundo de la política. En 1968, volvió a aparecer en los titulares al casarse con Aristóteles Onassis, un magnate naviero griego multimillonario, quién había sido amigo de Jackie durante mucho tiempo.
Durante años, Jackie Kennedy Onassis se refugió en la isla privada de su segundo marido, en el mar Mediterráneo.
La Vida Como La Sra.Onassis
Jackie se fue a vivir a una isla privada con sus hijos. Se retiró de la vida que había aprendido a amar y encontró tranquilidad en el refugio griego de su marido. Sin embargo, se aseguró de que sus hijos no perdieran la conexión con la familia de su primer marido. El tío Ted, el hermano menor de John, los visitaba en la isla. Jackie y Ted se volvieron amigos muy cercanos.
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Jackie se quedó con Aristóteles, y viviendo entre Grecia, París y Nueva York. Sin embargo, su esposo se vio profundamente afectado cuando perdió a su hijo de 24 años, Alexander, en un accidente aéreo. La salud de Aristóteles se deterioró y falleció dos años después. A mediados de los 70, Jackie decidió volver a casa.
La Eterna Primera Dama
Jackie pasó a vivir una vida sana y lejos de la prensa. Sin embargo, en 1993, sufrió la caída de un caballo. A pesar de su edad, no había abandonado el pasatiempo que aprendió a amar siendo una niña. La lesión provocó otras complicaciones de salud y, en 1994, Jackie respiró su último aliento. Le sobrevivieron sus amados hijos, Caroline y John Jr., así como sus tres nietos.
Solo superada por la reina Isabel II y Billy Graham en las estadísticas de Gallup, Jackie Kennedy Onassis es considerada una de las figuras más populares de finales del siglo XX.