La Tienda de Don Goyo: Naufraga la Barca de “El Capitán”…. se formó TUCOF

Conkal, Yucatán.- “… Señor, me has mirado a las ojos, sonriendo, has dicho mi nombre, en la arena, he dejado mi barca, Junto a ti, buscaré otro mar…” cantaba con profunda FE Don Goyo después de abrir la Tienda y pensando que nadie lo escucharía.

“Que lindaaaaaaaaa canción Don Goyo, hasta me emociona” le gritó Doña Concha al viejo tendero, mientras agarraba sus globitos y bizcochitos.
“Doña Cocha usted siempre asustándome, un día de estos me pasa algo” le respondió el viejito regordete.
“Noooo, Don Goyo usted está asustado porque ya se dio cuenta que la barca de `El Capitán´ se quedó sin agua y se estancó para siempre… ya no va, ni pa´lante, ni pa´trás”, le dijo con maldad la priista.
“Hay Doña Concha usted todo politiza, pero nada… `El Capitán´ sigue firme …” cito el tendero.
Para punzar, la priista le dijo: “Bueno, eso sí `El Capitán´ sigue firme pero con su soledad, porque no se sí sabe, que anoche Linda, Elena, Jorge y Mara se reunieron para hablar de la mujer en la política… pero las malas lenguas dicen que se consolidó el frente TUCOF … todo por culpa de Fausto que apoya al predicador por una regiduria”.
Asustado y moviendo toda su humanidad, Don Goyo agarró su veladora y la prendió, se viró y le dijo: “sus comentarios siempre están cargados de maledicencia… no es usted una buena católica, jamás lo harían Linda, Elena, Jorge y Mara… y para que vea que estoy en lo cierto, pues Pacho no fue”.
“Que ingenuo es usted Don Goyo, Pacho no fue porque fue padrino de primera comunión, pero en breve los verá juntos en el TUCOF” le reviró molesta la señora, mientras se limpiaba con su rebozo su cuello lleno de sudor y talco.
Con miedo, el viejo tendero preguntó ¿Y que es el TUCOF?.
Con esa sonrisa maléfica que la caracteriza, le respondió: “Todos Unidos contra… y el apodo ese del que vende seguros… porque jamás diré ese nombre porque me salen fogajes… ese falso predicador.”
Asombrado, el viejo tendero lo admitió: “Si ví que en la feria de emprendedoras ese hombre desapareció, molesto, frustrado, lloroso, compungido… es decir naufragó la barca de `El Capitán´”.
Mirando de reojo mientras escogía su cilantro Doña Concha expresó triunfal: “hay Don Goyo… ya se dividió el PAN”..
Don Goyo, frotándose la cruz de su cadena, vio un resquicio en la conversación y apuntando con saña le dijo: “Noooooo Doña Concha… dividido… el PRI, y en tan solo 7 días…su alcaldesa Hisi tuvo esa capacidad como nunca antes lo hizo otra persona en la historia”.
Furiosa y acomodándose su sabucán Doña Concha arremetió: “Pero como se atreve Don Goyo a ofender a mi Hisi, jamás dividiría al PRI de sus amores”.
Con 50 puntos de ventaja Don Goyo punzó mas fuerte: “Pues su favorita, Alelí, ya es electricista, dependiente de farmacia, jardinera, mecánica, comandante de policia, contadora, tesorera, subdirectora del DIF; abogada, ingeniera civil; defensora de mujeres, comunicóloga, agrónoma, checa el rastro, es bibliotecaria… Imaginese de tomarse la foto dos años sin hacer nada..ahora hace todo… hasta todos ya saben que es la DELFINA”.
Roja como un tomate y molesta como nunca, la mujer trato de defenderse y salirse por lo más fácil: ¿Delfina? Usted no sabe de política Don Goyo… DELFINA es de MORENA y ganó la Gubernatura del Estado de México…”.
Con más ventaja el viejo asestó: “Noooo Doña Concha, Alelí es la delfín de Hisi, pero ahora con eso de la cuestión de género, ya no le podemos decir es el delfín… ahora es la Delfina de Hisi…”.
Por cierto, ella esta en el mismo lugar que la barca de Èl Capitán”… ni pa´lante, ni pa´trás”
Golpeada en su corazón porque a su gallo el “ojitos azules” lo despreció Hisi, Doña Concha solo alcanzó a decir “Don Goyo… `Hagamos Moloch´…por el bien de Conkal” luego recogió su sabucán y salió.
Por primera vez en mucho tiempo el viejo panista ganó una batalla. Cuando Doña Concha cruzó el umbral de la puerta le gritó: “Liiiiiinda mañana señora”.
A lo lejos, se escuchaba la tercera llamada para la misa del padre Manito … las campanas sonaban con nostalgia… en la solitaria calle Doña Concha empujaba su triciclo sin rumbo. (El Gran Kanxoc)