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La Niña llegó a su fin, ¿habrá lluvias que acaben con la sequía en México?

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Por José Martín Cortés

La sequía afecta a México tras la presencia de La Niña por 3 años consecutivos, ¿regresarán lluvias? Este jueves 9 de marzo, el Centro de Predicciones Climáticas dio a conocer de forma oficial la advertencia final de La Niña, tras haber durado más de 3 años y alterando la circulación en nuestro planeta. Desde febrero, la anomalía de temperatura superficial del Pacífico ecuatorial en su región 3.4, ha estado por encima de -0.5 °C, parámetros necesarios para ser clasificado a una fase neutra, además de observarse aguas más cálidas en la sub-superficie que podría emerger en próximas semanas.
Debido a esta anomalía cálida del agua por debajo de la superficie, los modelos a largo plazo muestran, primeramente, que la fase neutra estará presente esta primavera y probablemente hasta el inicio del verano para cambiar a fase cálida conocida como El Niño en este mismo verano y hacia el otoño. Aún no se podría determinarse la intensidad del mismo, pero de darse este escenario, las condiciones meteorológicas tenderían a ser distintas a las que hemos presenciado en los últimos años sobre territorio mexicano.
Es importante recordar que los efectos de cualquier fase del ENSO no es inmediato, comenzando a ser visibles después de un mes de que se haya establecido. Cuando las aguas del Pacífico ecuatorial se han normalizado, se habla entonces de un ENSO neutro en el que no existe un patrón de condiciones meteorológicas definido, ya que básicamente cualquier cambio en la temperatura del mar, ya sea un enfriamiento o calentamiento, tendería a tener efecto de La Niña o El Niño respectivamente.
Con el final de La Niña, las condiciones meteorológicas cambiarán, esperándose periodos de lluvias y calor en México.
Por lo tanto, mientras estemos en la fase neutral se puede presentar cualquier situación y más notable actualmente en primavera (marzo a mayo), cuando naturalmente se dan eventos extremos y de cualquier tipo. Si esta fase ocurriera en invierno, otoño o verano, la situación también sería volátil, pero enfocado a lo común de cada estación. Por su parte, si El Niño se desarrolla en verano, se tiene identificado que la temporada de ciclones en el Atlántico es menos activa, sin descartar efectos directo en México, siendo mucho más activa en el Pacífico y más probable que nos afecte.
La canícula suele ser más seca y calurosa bajo esta fase cálida, incluso extendiéndose esta situación a principio del otoño, pero con tendencia a cambiar rápidamente adentrándose el otoño y el invierno, cuando la corriente en chorro subtropical y frentes fríos tienen mayor incidencia en territorio mexicano, generando condiciones más frías y lluviosas, con nevadas extensas y fuertes, además de eventos “Norte” constantes. La parte “mala” de El Niño cuando ya está bien establecido es que la primavera puede ser con calor extremo o récord, así como sequías muy severas e incendios forestales en la mitad centro-sur.
De forma actual y de acuerdo con modelos, se tiene previsto que a mediados de marzo aumenten las lluvias/granizadas junto con frentes fríos y descensos de temperatura en el norte, noreste, centro, oriente y sureste del país, desde Coahuila hasta Quintana Roo, y sobre el Valle de México, disminuyendo a finales de mes, pero tentativamente abril podría comenzar nuevamente bajo inestabilidad con tormentas y sistemas frontales; incluso de forma general, estas condiciones podrían estarse presentando por periodos en dicho mes, además de calor superior a 30 °C en buena parte del territorio.
Para mayo se observa mayor variación, al finalizar la primavera las precipitaciones podrían concentrarse en la mitad norte, siendo más eventualmente sobre el centro-sur (pero no nulas). En este mes comienzan a darse los primeros ciclones en ambos océanos por lo que su presencia no quedaría descartada generándonos algunos efectos. Iniciando el verano entre junio y julio, las lluvias pueden ser abundantes en el norte y occidente, normalizándose en el centro, oriente y sureste.
El periodo entre la segunda quincena de julio a la segunda de agosto, conocida como “Canícula” o sequía de medio verano puede ser más seca y calurosa de lo normal, aumentando rápido de nuevo las lluvias hacia septiembre. Por último, y todo parece encajar hacia el desarrollo de El Niño, las precipitaciones podrían ser importantes (más de lo normal) en otoño, resaltando octubre y noviembre cuando buena parte del país podría experimentar esta situación, así como el inicio de notables disminuciones térmicas. Conforme pasen los meses, estaremos actualizando

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