GESTIÓN DE RENÁN, CADA AÑO PEOR Y MÁS COSTOSA

• Puede que haya elegido la manera de saquear los fondos públicos pensando en que la impunidad lo protegerá en su camino futuro

• Esta situación se nota ya que durante los dos años completos de su primer periodo como alcalde, 2013 y 2014, destinó menos de diez millones de pesos para el concepto de “consultorías administrativas”

Santiago Alamilla Bazán /Sol Yucatán

En 2010, el triunfo de la priísta Angélica Araujo interrumpió los veinte años de gobiernos panistas para Mérida. No fue un asunto menor ya que derrotó a Beatriz Zavala, Senadora de la República y ex secretaria de estado en el gobierno de Felipe Calderón.

La gestión de Araujo fue polémica e incluyó tres asuntos que hicieron que la población meridana volviera a dar el triunfo al PAN en las siguientes elecciones de 2012 y hasta la fecha: el deficiente alumbrado público después de un proceso amañado donde se adquirieron luminarias a sobreprecio no aptas para vialidades, la construcción del paso a desnivel, y la golpiza que se dio entre ciudadanos que protestaban y grupos de choque identificados con el Revolucionario Institucional.

Todas esas acciones llevaron a la mayoría de la población de la capital yucateca a emitir su voto a favor de Acción Nacional nuevamente, esta vez de mano del actual alcalde Renan Barrera, para lo que fue su primer periodo al frente del ayuntamiento de Mérida.

Contrario a lo que pudiera pensarse, a pesar de tener más años y experiencia en el puesto, él y toda su gente han disminuido su capacidad para resolver los problemas que se presentan a diario en la ciudad, o ha elegido la manera de saquear los fondos públicos pensando en que la impunidad lo protegerá en su camino futuro. Esta situación se nota ya que durante los dos años completos de su primer periodo como alcalde, 2013 y 2014, destinó menos de diez millones de pesos para el concepto de “consultorías administrativas”, es decir para aquellos servicios profesionales que auxiliaron al aparato público municipal para llevar a cabo las acciones de gobierno.

Sin embargo, en sus dos periodos posteriores, para los años de 2019 a 2022, el munícipe ha destinado más de 282 millones de pesos para estas mismas consultorías, es decir un incremento del promedio anual de 1,410 por ciento; lo que significa que, suponiendo que las consultorías fueran reales, con cada año su personal se vuelve más ineficiente para realizar su trabajo, ya que necesita cada vez más tutorías, revisiones y seguimiento para poder llevar a cabo sus funciones.

La otra explicación, mas simple y por consecuencia la que tiene más posibilidades de ser la correcta, es que utiliza esa fachada para desviar recursos para fines que evidentemente no son permitidos en el ejercicio del erario.

En una revisión sencilla, es decir sin el rigor estadístico y metodológico que requiere una auditoría, se le han descubierto una serie de egresos que son a todas luces, además de innecesarios, discutibles, como el caso de los más de cuatro millones de pesos que se le pagó a la empresa “canales informativos y de opinión” por “monitorear Facebook, tuiter e Instagram”.

Este gasto, completamente innecesario, tiene una parte muy curiosa: la empresa contratada se encarga de monitorear los contenidos digitales que hace otra empresa, “Mercadotecnia Digital de la Península”, a la que se le pagaron también más de cuatro millones seiscientos mil pesos.

Lo curioso es que ambas empresas tienen como domicilio fiscal la misma casa del fraccionamiento Francisco de Montejo, sin cajones de estacionamiento por cierto, y el apoderado legal, es decir el que se sienta a firmar los contratos con el Secretario de la comuna, es la misma persona en ambos casos. Así se desaparecen casi diez millones de pesos. Las dos empresas por cierto, son de reciente creación, ambas nacieron apenas en junio y julio de 2018.

La pandemia también representó un reto para la creatividad del alcalde para hacer gastos no esenciales, ni de utilidad para la ciudadanía meridana, como fue el caso de los casi cinco millones de pesos que se asignaron en 2022 a “Grupo Consultor Complementum”, un despachito constituido en 2020 que se ubica en la parte superior de una tienda de materiales, en el fraccionamiento “Los Héroes” en el oriente de la ciudad, liderado por un Contador General sin especialización alguna, egresado del Centro Escolar Felipe Carrillo Puerto de Mérida, para realizar el rimbombante trabajo de una “Propuesta de unificación y mejora operativa de los procedimientos de compras y contrataciones públicas por la vía de Licitación Pública para obtener eficiencia operativa y procesos congruentes en la subdirección de Administración y de Proveeduría”.

Un año antes, en 2021, este mismo despachito le facturó una cantidad similar al Sr Barrera para hacer un estudio que midiera el impacto del COVID en los comerciantes del centro de la ciudad de Mérida. Claro que este compañero Contador no tenía ni la menor idea de lo que se hizo, o al menos un resumen de lo que encontró, ni nada parecido, por lo que tuvo que confesar cuando le pregunté sobre el tema, que solamente le pagaron para prestar su nombre como apoderado legal y poner un letrero de acrílico con el nombre de la empresa adjudicada, en su oficina. Nunca vio los estudios, ni los resultados, no sabe de econometría y muy poco de licitaciones públicas.

Al igual que Angélica, el alcalde compró en 2019 10 millones de pesos en luminarias LED a sobreprecio para alumbrado público, a un costo unitario de casi siete mil pesos, cuando el valor de mercado de esa misma luminaria no llegaba a dos mil quinientos pesos, es decir con un sobreprecio de casi dos veces el valor real.

Barrera probablemente espera correr la misma suerte que la actual gobernadora de Aguascalientes emanada del PAN, María Teresa Jiménez Esquivel, cuando gobernó su ciudad capital, ya que fue denunciada por una compra irregular de luminarias de este tipo, pero exonerada por los jueces, en uno más de esos casos extraños, donde el poder judicial protege y ampara a quienes evidentemente desvían el erario.