Mérida
¡Es oficial! Llega el fenomeno de “El Niño”. ¿Qué nos espera?
MUNDO, a 11 de Junio (Meteored).- El 8 de junio, el Centro de Predicciones Climáticas ha confirmado el inicio del fenómeno de El Niño conforme el mar de ha calentado y los vientos en la tropósfera cambian. Se observaron anomalías de +2.3 °C en la región 1+2, frente a costas de Ecuador y Perú, mientras que en la región 3.4 subió de +0.4 a +0.8 °C, superando el umbral de +0.5 °C necesario y por varios días para determinar la aparición del fenómeno. La vigilancia emitida hace 2 meses, ahora es una advertencia, debido a que El Niño ya está presente y sus efectos los iremos sintiendo en próximos meses.
Las aguas por debajo de la superficie en todo el Pacífico ecuatorial se encuentran más caliente de lo normal, hasta por 5 °C, principalmente en la región centro oriental, las cuales estarán emergencia en el transcurso del otoño-invierno conforme los viento en la tropósfera baja se modifiquen acorde a la fase positiva del ENSO. Los modelos estadísticos y dinámicos coinciden en mostrar un rápido fortalecimiento hacia un evento moderado a fuerte a finales de este 2023 e inicios del 2024, situación que modificaría los patrones troposféricos en nuestro planeta con extremos de lluvias, sequías, frío y calor.
Algunos eventos de El Niño en el pasado
Desde 1950 a la fecha, se han presentado más de 20 eventos de ligeros a fuertes que han ocasionado condiciones benéficas y perjudiciales según la región y el momento del año. Recientemente, en 1997-1998 se presentó El Niño con intensidad fuerte al registra anomalía promedio máxima de +2.4 ocasionando en nuestro país, entre otros, los efectos del huracán Pauline de categoría 4 entre Oaxaca y Guerrero causando cientos de muertes; además de Linda con categoría 5 registrando viento sostenido de 295 km/h convirtiéndolo en el ciclón más poderoso del Pacífico nororiental hasta ese año.
En invierno, se dieron varios eventos de frío y lluvias, así como nevadas extensas que cruzaron desde Jalisco hasta Nuevo León, resaltando ciudades como Guadalajara, Saltillo, Monterrey, Zacatecas, Guanajuato, entre otras. Pero en 1998, la primavera-verano fueron muy calurosas y secas con incendios y récords de calor, como en Ciudad de México que mantiene los 33.9°C como el valor más alto del 9 de mayo. En 2010 un breve El Niño, también causó tiempo invernal significativo.
El más reciente, y que se convirtió en el más potente fue en 2015-2016 con anomalía de +2.6 °C, causando un verdadero dolor de cabeza a meteorólogos y climatólogos, ya que en algunas partes del planeta no causó lo “típico” del fenómeno (por esto se menciona que cada evento es único). En California no generó las lluvias esperadas para disminuir sequía, se formó Patricia, el huracán que ahora es el más intenso con viento de 345 km/h; mientras que en México se presentó una tormenta invernal en marzo con nevadas, viento, lluvia y granizo.
¿Otro evento histórico para este invierno?
En el trimestre de julio a septiembre, es 66% probable que El Niño presente una intensidad moderada (anomalía entre +1 a +1.4 °C en la región 3.4), mientras la atmósfera va reflejando sus efectos. Es hacia el otoño-invierno, durante los meses de noviembre a enero, que incrementa del 54-56% la probabilidad de tener un evento fuerte con anomalía superior a 1.5 °C en el Pacífico ecuatorial, incluso algunos modelos sugieren alcanzar o superar los +2.0 °C como en 1965, 1972, 1982, 1997 y 2015.
Hasta este momento, es difícil asegurar que tengamos un “Súper El Niño”, aunque las probabilidades son elevadas. Debemos irnos preparando para enfrentar los extremos que puedan presentarse, desde temperaturas de 45 °C hasta frío de -20 °C, lluvias torrenciales con inundaciones y deslizamientos, así como sequía e incendios forestales asociado a este fenómeno climático cíclico.
Posibles condiciones meteorológicas sobre México
Se mantiene un pronóstico de una temporada de huracanes en el Pacífico más activa de lo normal, y así lo van mostrando los modelos, siendo probable la formación del alguno a mediados o finales de junio, continuando en próximos meses; no se descarta alguno de intensidad extrema como en 1997 o 2015. En contraste, en el Caribe, Golfo de México y Atlántico tropical la cizalladura puede generar ondas tropicales menos activas, así como reducción en la cantidad de ciclones tropicales.
Sin embargo, las aguas más cálidas que se están registrando, pueden potencializar algún sistema. La temporada de lluvias seguirá siendo irregular en nuestro país, con eventos marcados de lluvias/frescor vs calor/sequía, esto por periodos de ondas y ciclones tropicales que afecten directamente, cediendo cuando se alejen.
Hasta el momento, los modelos mantienen un escenario de más lluvias de lo normal desde septiembre hasta por lo menos, enero de 2024. Esto obedecería a la circulación de El Niño, primero con más ciclones en el Pacífico y posteriormente con una corriente en chorro más activa y al sur de lo normal sobre México, arrastrando humedad y combinándose con masas polares-árticas que ocasionen lluvias o nevadas importantes. Por supuesto, es un panorama a largo plazo, pero que se mantiene vigente.