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EL GUANO” GUZMÁN, POSIBLE SUCESOR DEL MAYO

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*Siempre una sombra, eclipsado por su hermano Joaquín Archivaldo

*Ahora, tras su definitiva ausencia, se volvió a adueñar del cártel

*En su ambición por el poder, no respeta ni siquiera a la familia

*A diferencia del “Chapo”, no es bien querido en Badiraguato

*Badiraguato, Sinaloa*.- Como una sombra, en la clandestinidad, a diferencia de su famoso hermano, Joaquín Archivaldo, Aureliano Guzmán Loera se ha tenido que desenvolver casi siempre en el anonimato y sólo cuando estuvo preso “El Chapo”, pudo asumir el poder, pero con mayor ferocidad para demostrar que, bajo su liderazgo, el Cártel de Sinaloa se convertiría en el más poderoso del mando.

Mientras el reinado de su hermano Joaquín Guzmán Loera en el mundo del narcotráfico, Aureliano Guzmán Loera tenía que mantenerse en la sombra por órdenes del mismo “Chapo”.

Aureliano Guzmán Loera, tres años mayor que Joaquín, de 66 años, también es oriundo del poblado La Tuna, en el municipio de Badiraguato, donde se localiza el “Triángulo Dorado”, zona limítrofe entre Sinaloa, Chihuahua y Durango, considerado hoy como el punto más importante en cuanto a la producción de heroína.

“El Guano”, mote que le impuso el mismo “Chapo” porque, según él, era lo único que Aureliano tenía en la cabeza, incursionó en el mundo de las drogas como “mariguanero”, no tenía permiso de su hermano para emprender alguna otra acción de importancia, por lo que se convirtió en una figura secundaria.

Esa situación cambiaría completamente el 9 de junio de 1993, cuando “El Chapo”, que aún no era la gigantesca figura que alcanzó en el mundo de las drogas, fue detenido en Guatemala y entregado al gobierno mexicano.

En ese entonces, los hijos de “El Chapo” Guzmán: Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, tenían 10 y 11 años de edad, mientras que su medio hermano Ovidio Guzmán López, apenas tres, por lo que Aureliano, sin rival al frente, se autoerigió en el nuevo jefe.

Durante los ocho años que Joaquín permaneció tras las rejas, primero en el penal de Almoloya, Estado de México y después en el de Puente Grande, Jalisco, de donde escapó el 14 de enero de 2001, Aureliano fue creciendo, a base de hechos violentos, hasta ocupar un lugar preponderante en el Cártel de Sinaloa.

Sin embargo, a diferencia de Joaquín, más cerebral, más pensante y astuto, Aureliano actúa por impulso, por instinto, volviéndose más cruel y sanguinario que su hermano, que era difícil rebasar en ese aspecto.

En contraposición al “Chapo”, sobre Aureliano no existen libros, series de televisión, películas, ni siquiera un perfil completo, aunque si cuenta ya con su corrido, “El Hermano del General”, interpretado por los Alegres del Barranco, un grupo local sinaloense que lo define como un hombre poderoso y tranquilo.

Esta es una de sus cuartetas:

Hombre serio y muy tranquilo
fino y sencillo al tratar
la tuna Badiraguato
tierra primero en pisar
de nombre lleva Aureliano
y de apellido Guzmán

*LE DURÓ POCO EL LIDERAZGO DEL CÁRTEL*

Su posición como líder del cártel, se vio truncada en enero de 2001, cuando se dio la primera fuga del “Chapo” y “El Guano”, por lo que tuvo que enclaustrarse durante 12 años, hasta que ocurrió la segunda recaptura, en 2014, y nuevamente retomara las riendas, pero tuvo que volver a las sombras al poco tiempo, pues su hermano se volvió a fugar en julio de 2015

Finalmente, se dio la tercera aprehensión, en enero de 2016, que sería la definitiva, y entonces sí Aureliano asumió por completo el mando y desde entonces se mantiene al frente de la organización criminal, para lo cual se ha enfrentado incluso con sus sobrinos, los hijos del “Chapo” e incluso mandó a asesinar a un medio hermano al que consideró traidor.

Durante las etapas en que se ha mantenido como primera figura del cártel, Aureliano se ha forjado una historia que lo convierte en un personaje feroz, temible y sanguinario, hasta con los suyos.

En octubre de 2016, ordenó atacar el convoy militar que trasladaba a Julio Óscar Ortiz Vega, “El Kevin”, uno de sus colaboradores cercanos y guardaespaldas personal.

Durante las acciones, cinco militares resultaron muertos y 11 más fueron heridos. Aureliano cumplió su objetivo y liberó al sicario.

Para rescatarlo, Aureliano envió todo un ejército de gatilleros, más de medio centenar, que se trasladó en camionetas de redilas blindadas y artilladas en las que transportaban granadas, fusiles de asalto y armas largas y cortas, calibre .50, de las llamadas “matapolicías”.

En respuesta, las autoridades desplegaron un gigantesco operativo, en el que cientos de soldados, marinos y policías federales “peinaron” Sinaloa para dar con “El Guano” y atraparlo, pero con resultados infructuosos.

Otros hechos que evidencian su ambición y dejan en claro que cuando de poder se trata, muestra su fiereza hasta con los de casa, con tal de ostentar el liderazgo del cártel, es la disputa permanente que sostiene con sus sobrinos, Jesús Alfredo e Iván Guzmán Salazar, así como Ovidio Guzmán López.

Desde principios de 2017, varios medios locales de Sinaloa dieron cuenta de la ruptura entre “El Guano” y “Los Chapitos”, como se conoce a los hijos del “Chapo”, sin embargo, esa rivalidad fue soslayada por la disputa que sostenían los hijos de “El Chapo” contra “Los Dámaso”: Dámaso López Núñez, “El Lic.” y Dámaso López Serrano, “El Minilic”, compadre y ahijado del “Chapo”, respectivamente, que terminaron por convertirse en testigos colaboradores en el juicio contra el capo.

También fue minimizada la guerra sorda entre Aureliano y “Los Chapitos”, por la permanente guerra que existe desde principios del 2008, por la captura de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Beltrán Leyva, ahora liderado por Fausto Isidro Meza Flores, “El Chapo Isidro”, del que no se sabe nada desde que el gobierno de los Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares por su cabeza.

Al iracundo Aureliano se le atribuye también el asesinato de su medio hermano, Ernesto Guzmán Hidalgo, en abril de 2015, quien además era padre de Patricia Guzmán Núñez, esposa de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, lo que recrudeció la lucha entre los dos cárteles.

“El Guano” acusó de manera directa a su medio hermano Ernesto, de haber sido el autor de la filtración que llevó a la segunda captura de “El Chapo”, el 22 de febrero de 2014 y sin que le importaran los lazos de sangre ordenó su ejecución. El cuerpo de Guzmán Hidalgo fue localizado en Bacacoragua, en el mismo poblado donde antes asesinó e hirió a militares para rescatar a su
jefe de escoltas.

A Guzmán Hidalgo le cortaron el dedo índice y lo torturaron. Estaba esposado, boca abajo, con los pantalones hasta las rodillas y con medio cuerpo dentro de una bolsa negra de plástico.

La respuesta de Los Beltrán, concretamente de Jesús Alfredo Beltrán Guzmán, “El Mochomito”, que también es sobrino del “Chapo” Guzmán, no se hizo esperar y en junio de 2016 más de un centenar de encapuchados tomaron por asalto el rancho de “El Guano”, en el poblado de La Tuna, casa de María Consuelo Loera Pérez, madre del capo, que logró huir durante el ataque.

El objetivo principal era acabar con “El Guano” pero este se encontraba en otro puto de Sinaloa.

Posteriormente, se daría la versión de que cuando se fugó “El Chapo” por última vez, al encontrarse con Aureliano le reclamó haber matado a su hermano Ernesto e incluso lo abofeteó por haber reiniciado la guerra con los Beltrán.

Presuntamente, a partir de ese momento, Joaquín y su gente retomaron el control de Badiraguato y se habría renegociado con la familia de su medio hermano, incluyendo al “Mochomito”, para que no continuara la guerra.

Esa situación se mantuvo sólo seis meses, el tiempo que tardó el gobierno federal en recapturar al “Chapo” y tras el nuevo arresto y la posterior captura del “Mochomito,” Aureliano retomó el control de Badiraguato y rompió con la tregua acordada por “El Chapo”, lo que, hasta la fecha, ha dado lugar a cruentos enfrentamientos que han dejado decenas de muertos.

No obstante, a diferencia del “Chapo”, Aureliano no es bien visto en su natal Badiraguaro, pues es déspota, cruel e impone su ley a sangre y fuego, lo que origina que esté en conflicto permanente con otros jefes del cártel, como son “Los Chapitos” con los que sigue disputando el territorio.

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