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DZITYÁ: CASAS DEL NARCOMENUDEO

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Dzityá se ha convertido en una de las comunidades preferidas por los narcomenudistas para operar con discreción desde la comodidad de sus hogares.

Según algunos vecinos, en la zona residen al menos tres traficantes de drogas que operan con total libertad, ya que, al encontrarse en una localidad al norte de Mérida, estos no levantan ningún tipo de sospecha.

Redacción/Sol Yucatán

Dzityá se ha convertido en una de las comunidades preferidas por los narcomenudistas para operar con discreción desde la comodidad de sus hogares. Desde hace varios años, los habitantes han reportado la presencia de tiradores de droga, lo que ha generado molestia, pero, sobre todo, también le ha generado temor a los habitantes de la zona, quienes han sido testigos de operativos antidrogas realizados en las cercanías de sus viviendas.

La urbanización de esta comisaría, no solo ha resultado en el encarecimiento de los servicios, sino también en la inseguridad que ha afectado a varios estados del país. Según algunos vecinos, en la zona residen al menos tres traficantes de drogas que operan con total libertad, ya que, al encontrarse en una localidad al norte de Mérida, estos no levantan ningún tipo de sospecha, lo cual les da la libertad de poder vender sin ningún problema. 

El narcomenudeo en Dzityá, se ha vuelto un tema del cual los habitantes prefieren no hablar, ya que tienen miedo de que esta situación aumente aún más. Según testimonios recabados, las personas que trafican droga en la comunidad vienen de otros estados para vender estas sustancias, y según los habitantes, algunas casas de la zona se utilizan como narco bodegas.

Mucha de la droga que se almacena en las casas de la comisaría, se mueve a varias partes de la ciudad de Mérida, ya que al ser una zona “residencial”, las autoridades no investigan lo suficiente, debido a que en algunos casos los elementos de la policía reciben su moche para no realizar sus labores correspondientes y permitir que los traficantes de drogas continúen operando con el consentimiento de los agentes.

Lo que genera pánico entre los habitantes, es el temor de que la escasa tranquilidad que les queda, se vea afectada por la presencia de los traficantes de drogas en cualquier momento. Varios residentes culpan principalmente a la urbanización que ha tenido lugar en la zona, argumentando que si la comisaría se hubiera mantenido como estaba durante muchos años, esta situación no habría alcanzado un nivel tan preocupante. 

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