DOÑA MONICA: ORGULLO DE PROGRESO GRACIAS A SU TRABAJO COMO UNA DE LAS POCAS MUJERES PESCADORAS EN MÉXICO

La mujer de mar quien también es madre de cuatro hijos y abuela de cinco pequeños, expresa que desde hace casi una década que decidió aventurarse a navegar no ha dejado el oficio pues se arropó con las maravillas de la pesca.

“Recuerdo que con algunos préstamos y ahorros logré sacar adelante nuestra primera lancha que llamamos “tres hermanos” al igual que todas las que hemos tenido. Desde ese día hasta hoy me siento orgullosa de seguir perteneciendo a este gremio aunque esté dominado por hombres” asegura.

Las cosas tampoco han sido “miel sobre hojuelas” para la fémina, tuvo la mala suerte de perder una inversión de por lo menos cien mil pesos por la pérdida de su lancha y motor ecológico en la playa del sector oriente del municipio.

Dentro de más de una década de trabajo en altamar, la entrevistada rememora múltiples accidentes donde ha salido lesionada, embarques en los cuales a pesar del mal tiempo puso en riesgo su vida para buscar sustento de su familia.

“Mona” como se le conoce entre su primer círculo social y familiar, especifica que el día de jornada común empieza a las doce, cuando se amerita ir hasta el embarcadero para zarpar en lancha, de dos a siete de la mañana la mujer junto con su tripulación permanecen tirando cordel.

A las ocho de la mañana, ella misma se encarga de comercializar en la playa su producto, en caso de no obtener algún comprador que pague por todo su cargamento, Mónica Canul Sosa camina varios kilómetros en la calle.

Sin embargo, tras la actividad en altamar y en la playa su trabajo no acaba ahí, pues ahora se dedica en cuerpo y alma a las labores del hogar, mismas que asegura le llenan de vida pues gusta de atender a su familia.

“No me arrepiento de nada, al final el ser o no ser femenina depende de una misma y la feminidad siempre va a estar ahí, a mí me apasiona lo que hago, me gusta que mis hijos me acompañen y me gusta ser parte del mar” finalizó.