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CECILIA AVALA CORRUPCIÓN EN EL RASTRO

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*La alcaldesa Cecilia Patrón Laviada dará continuidad a la corrupción en el rastro municipal, debido a que nombró a Osiris Ávila Cordero, cuñado de Juan Carlos Herrera Chalé, quien será quien realmente opere la paramunicipal.

*Herrera Chalé “Calín” y Ávila Cordero, líderes sindicales, anunciaron públicamente su apoyo al PAN, sin embargo, a última hora traicionaron al blanquiazul tras una reunión con ex priístas a quienes les debían favores.

* De acuerdo con investigaciones de Sol Yucatán, en el rastro operó una red de delincuentes bien organizados, quienes se dedican al robo de vísceras, como higadilla, tripas, buche, justificándose con papeles de decomiso.

La red de corrupción en el rastro municipal, no solo continuará durante la administración de Cecilia Patrón Laviada, sino que se incrementará.

Juan Carlos Herrera Chale “Calín” será quien verdaderamente controle el negocio de la paramunicipal.

La nueva alcaldesa no ratificó en el puesto a Juan Carlos Lucero Flores, esto debido a la ola de corrupción que montó a lo largo de los 12 años que estuvo al frente de abastos de Mérida.

Así como el oscuro manejo de las finanzas, donde desvió cientos de millones de pesos y montó una red de extorsión, y las quejas de los abastecedores por el robo de vísceras de cerdos y las deplorables condiciones.

Tras las protestas de los abastecedores minoristas, mayoristas y las deplorables condiciones del inmueble, fueron claves para que no ratificaran en el cargo a Lucero Flores o, por lo menos, es lo que dio a conocer públicamente.

La nueva alcaldesa, en su lugar nombró a Osiris Alfonso Ávila Cordero, quien se desempeñaba como Secretario General del Sindicato Único de Empleados de Comercio, Industria, Oficinas Particulares y Similares de Yucatán.

Sin embargo, quien estará realmente al frente de abastos de Mérida será su cuñado Juan Carlos Herrera Chalé, alias “Calín”, quien es el secretario general del Sindicato de Materiales de Yucatán.

“Calín” fue sentenciado por estar involucrado en la golpiza durante la construcción del paso deprimido, por órdenes de la ex alcaldesa Angélica Araujo Lara.

Durante la gestión “oficial” de Lucero Flores, lideró una red de extorsión hacia abastecedores “clandestinos”, es decir, que realizan su matanza en su casa, sin llevar a los cerdos al rastro.

Para permitirles operar se les cobraba una cuota, cuyo dinero no ingresaba a las arcas municipales.

Herrera Chalé es incondicional de Ivonne Ortega Pacheco, la vieja guardia del PRI y le debe favores a Luis Hevia Jiménez.

Ávila Cordero carece de total conocimiento del manejo de una dependencia de esta magnitud, debido a que es abogado laborista.

Por lo cual, su cuñado será quien lleve el control de la dependencia, la cual es una donde se detectó mayores niveles de corrupción.

Lucero Flores no solo desviaba recursos financieros, sino que llevó a la dependencia a la quiebra, debido a que reportó más gastos que ganancias.

Para darnos una idea, el año pasado, el rastro municipal reportó ingresos por la suma de 37 millones de pesos, sin embargo, tan solo por la matanza de los 45 mil cerdos al año, se obtuvo la suma de 58 millones 500 mil pesos.

Es decir, desaparecieron 21 millones 500 mil pesos, sin contar con la matanza de las reses, carneros y otros animales para el consumo.

De acuerdo con investigaciones de Sol Yucatán, a pesar de que Lucero Flores no fue ratificado, aún continúa como asesor en el rastro municipal.

Se le otorgó un contrato por un periodo de cuatro meses con el sueldo de 52 mil 382 pesos, es decir, el mismo sueldo que tenía como director y que ganará el nuevo director del rastro.

Es decir, la nueva Comuna estaría tirando a la basura más de 200 mil pesos por asesorías que no se necesitarían, debido a que para ocupar un puesto directivo de una dependencia se debería de tener conocimiento en administración pública, sin embargo, no es el caso.

Cecilia Patrón le dio esa plaza como pago por favores políticos, aunque Ávila Cordero y Herrera Chalé al final los traicionaron y operaron a favor de Morena.

En la recta final de la campaña, Ávila Cordero y Herrera Chalé anunciaron su respaldo a la candidatura de Renán Barrera Concha y Cecilia Patrón Laviada, al Gobierno del Estado y alcaldía de Mérida.

Sin embargo, una semana antes, ambos sostuvieron una reunión en una hacienda, localizada en el Poniente de Mérida, la cual estuvo encabezada por Luis Hevia Jiménez coordinador de la campaña, y Mauricio Sahuí Rivero, operador político de Huacho Díaz Mena.

Por lo cual acordaron apoyar a Morena en lugar que al PAN, el blanquiazul perdió la gubernatura y ganó la alcaldía, sin embargo, como premio a la traición, les dieron una de las dependencias que genera más recursos.

De acuerdo con investigaciones de Sol Yucatán, en el rastro operó una red de delincuentes bien organizados, quienes se dedican al robo de vísceras, como higadilla, tripas, buche, justificándose con papeles de decomiso.

De manera sistemática, por órdenes de Lucero Flores, se les decomisan las vísceras de los cerdos y reses que son sacrificados en ese lugar para su comercialización en Mérida y sus comisarías.

Al día se sacrifican 250 cerdos y unas 150 reses, a quienes se les roba la higadilla, buche, con un valor estimado de 200 pesos por animal.

Es decir, al día obtienen la suma de 50 mil pesos, 1 millón 500 mil pesos al mes y 18 millones de pesos al año.

El dinero va directamente al bolsillo del director del rastro municipal.

Las vísceras se comercializan en los mercados de la ciudad y en las taquerías, en especial a los que se dedican a la venta de carnitas al estilo Michoacán.

Ello explicaría el enriquecimiento de Lucero Flores, quien actualmente es dueño de tres ranchos, camionetas de lujo, propiedades en Mérida, Quintana Roo y, en la playa, cuando ingresó como director del rastro, no tenía nada.

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