Árboles para combatir el calor, ¿cuentos chinos de reforestación?

Por Hansel Vargas

Autoridades de San Diego, en California, Estados Unidos, están por terminar de censar unos 300,000 árboles en calles de esa ciudad para saber la ubicación, tamaño, especie y estado de crecimiento de cada ejemplar.

Eso es parte de un plan para aumentar la cubierta vegetal de la ciudad y combatir el calor, especialmente en zonas marginadas, informó el periódico The San Diego Unión-Tribune.

En Mérida un estudio con fotografía aérea realizado en 2014 arrojó que esta capital tenía entonces poco más de 400,000 árboles en áreas públicas. Cuatro años después, en 2018, el Ayuntamiento publicó un “Inventario del Arbolado Urbano de la Ciudad”. Ahí se indica que había 2.317,795 ejemplares en esta capital.

Según eso, estamos mejor que San Diego, ciudad que tiene 1.4 millones de habitantes. En la capital yucateca hay más árboles que personas, dos porcada habitante.

Para combatir el calor, el gobierno de San Diego planea plantar 8,333 arbolitos al año para llegar a 100,000 en doce años.

Esa cifra es pobre, meta insignificante. Esas autoridades deberían venir a Mérida para aprender cómo se hace. En tres años (lapso 2019-2021) se plantaron 241,000 árboles, según versión oficial. Es más del doble de lo que los californianos sueñan lograr en diez años.

Ese logro meridano se consiguió dentro de la “Declaratoria Mérida 2050” firmada por el gobernador Mauricio Vila y el alcalde Renán Barrera, quienes presumieron la cifra. Vila ha dicho además que cuando él fue alcalde logró sembrar 85,000 árboles.

Las anteriores cifras conducen a esta reflexión:
1. Los californianos son malos para reforestar. O todo lo contrario: sus metas son bajas porque son reales, las cumplen. Una auditoría podría descubrir que mienten.
2. Los gobiernos de Mérida son buenísimos reforestando, muy eficientes. O bien mienten, dan cifras alegres pues nadie corrobora su aseveración.

¡Que calurosa cuestión!